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El tesoro de oro de Kralevo: un orgullo para Targovishte, y quizá una oportunidad


Los tracios creían que la vida real empezaba después de la muerte. Por eso trataban de despedir a sus familiares de este mundo de forma adecuada, rodeados de abundancia y riquezas, para que no les faltara nada en el Más Allá.

Hace 40 años, al atardecer de un caluroso día de verano, el arqueólogo Gueorgui Guínev se encontró con una tumba de piedra mientras estudiaba uno de los montículos tracios en el pueblo de Kralevo, en el distrito de Targovishte. Y cuando empezaron a salir objetos de oro de la necrópolis, se dio cuenta de que en la tierra excavada se encontraba la tumba de un tracio de ascendencia real. Junto a diversos hallazgos del oro más puro, el arqueólogo encontró también un ánfora de la isla de Tasos. Gracias a su inscripción, que mostraba que era del año 265 a.C.,  Guínev pudo datar las joyas. El descubridor del llamado “tesoro de oro de Kralevo” falleció a principios de este año, pero su nombre permanecerá por siempre vinculado a las joyas que se han expuesto ya en muchos continentes.

El tesoro se compone de 47 objetos de oro, así como recipientes de cerámica (un ánfora, una jarra y una taza), una corona funeraria de arcilla con oro, un hacha de bronce…, explica Stefan Ivanov, curador del Museo de Historia Regional de Targovishte. Estos hallazgos se pueden dividir en varios grupos: el primero incluye una coraza de plata decorada con dos árboles de la vida, y el segundo, dos pendientes de oro con cabezas de león y dos brazaletes macizos en forma de serpiente de plata y bañadas en oro.





El grupo más famoso consiste en una diadema y 36 apliques dorados redondos y rectangulares, con los que tal vez se decoraba la cabeza del caballo favorito del gobernante tracio enterrado.

Dos de los apliques muestran al mítico animal grifo y otros cuatro, al dios Heracles con una piel de león en la cabeza, quizás el motivo más popular de la época de Alejandro Magno.



Estos aparejos de caballo de oro completos estaban en uso, ya que en el lado opuesto de los objetos había anillos a través de los cuales pasaban las riendas de cuero. Los tracios decoraban las cabezas de sus caballos durante los desfiles y sus fiestas típicas.



Tres siglos antes de Cristo, en el territorio de la actual región de Targovishte, vivía la tribu tracia de los getas, los más masculinos y los más justos de entre los tracios, según Heródoto. Sus valientes guerreros lucharon con las tropas de Filipo de Macedonia, y los intentos de Alejandro Magno y su gran general Lisímaco de someterlos fracasaron.

En Targovishte hemos establecido cinco grandes asentamientos tracios con fortalezas y santuarios, añade el arqueólogo. No hay exuberantes palacios en estos lugares, pero los getas construían tumbas grandes y hermosas. Ellos creían que la vida real está en el Más Allá, y por eso preparaban su morada eterna, rodeándose de objetos dignos de su propio rango. Entre ellos, la tradición de la cremación y el entierro era simultánea y, a veces enterraban varios cuerpos en una misma tumba. En el caso del montículo de los reyes tracios, los restos mortales fueron quemados y depositados en un recipiente especial de cerámica con baño de oro llamado “hidria”, que tradicionalmente se utilizaba para almacenar agua. 

Cuando se descubrió el tesoro de Kralevo en 1979, sus valiosos hallazgos fueron expuestos durante dos semanas en el centro de Targovishte, sin seguridad alguna, para los residentes de la ciudad.

En seguida el tesoro fue enviado por orden de Lyudmila Zhívkova (hija del líder del partido, Todor Zhívkov, y ministra de Cultura) al Museo Nacional de Historia, a pesar de estar registrado en el inventario de nuestro museo, recuerda Stefan Ivanov. Y después de casi 35 años de ausencia, como resultado de un acuerdo entre los dos museos, el tesoro lleva ya más de cinco años en el Salón de Antigüedades del Museo Regional de Historia en Targovishte y puede ser visto por los amantes de la arqueología.

¿Permanecerá el tesoro de Kralevo en el museo de su descubridor para siempre, cerca del lugar donde estuvo durante más de dos milenios? El arqueólogo no tiene una respuesta definitiva a esta pregunta. Sin embargo, si se queda en Targovishte, no solo será un orgullo para el museo, sino también una razón más para que más turistas visiten esta hermosa ciudad búlgara.

Versión en español por Marta Ros
Fotos: Museo de Historia Regional de Targovishte



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