La ciudad sureña de Tsarevo, en la costa búlgara del Mar Negro, acoge la 4ª edición del Festival de Artesanía Creativa y Artes. Obras de arte y numerosos artistas se concentran en los pabellones en el centro de la ciudad. Los turistas tienen la ocasión de enriquecer sus vacaciones de verano y encender la chispa creativa en sus corazones participando en diversas actividades creativas: cerámica, lana, tallado de madera, vidrieras...
Además de las artesanías más conocidas, las de otras culturas van ganando popularidad en Bulgaria: en el actual mundo globalizado las tradiciones se entrelazan y esta es una forma de preservarlas. Prueba de ello es que durante el festival de Tsarevo hay una carpa de pintura con henna, una tradición india, pero implementada en Bulgaria mediante el dibujo de imágenes de bordados y otros símbolos tradicionales búlgaros. Comida buena y saludable, música agradable, estado de ánimo positivo y muchas sorpresas completan la experiencia.
El arte es una forma de vida, señala Lachezar Dimitrov, organizador del evento. Cuando alguien se interesa por un oficio, vive con el maestro y observa su forma de vida y lo que crea todos los días con sus manos: así aprende a ganarse la vida. De esta manera, robando el oficio también se “roba” el estilo de vida.
La idea del Festival de Artesanía es conectar a las personas y mostrar cuánto trabajo e inspiración hay detrás de las artesanías presentadas. Son el vínculo entre el artesano y la gente corriente. Cuando una industria se interpone entre la gente y el artesano, ese vínculo se rompe y el producto se despersonaliza. Por lo tanto, hay talleres en nuestro festival donde todo el mundo puede tocar las artesanías y darles sentido a través de su experiencia personal. De esta manera, se puede encender una chispa en los corazones de estas personas y algún día uno de ellos se convertirá en un maestro, para que la tradición pueda mantenerse viva y desarrollarse.
Llevo cinco años dedicándome a trabajar con lana, utilizando las dos técnicas, húmeda y seca, dice Margarita Cholakova, que es animadora profesional. El fieltro húmedo se usa más para elaborar bufandas, sombreros, ropa. Muchos colegas, no solo en Bulgaria, también hacen zapatos. Yo lo uso como fondo para mis pinturas.
Y el fieltro seco es otra técnica: las fibras de lana se van entrelazando entre sí con una aguja especial con indentaciones. La diferencia es que el fieltro húmedo se usa para superficies más extensas. Con la aguja es mucho más lento y te puedes pinchar muchas veces, pero queda muy bonito.
Me gusta elaborar juguetes de fieltro. La lana tiene muchas propiedades: es antiestática, antialérgica, resistente a la humedad… antiguamente los búlgaros incluso la usaban para hacer sillas de montar. Es un material maravilloso.
Versión en español por Marta Ros
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