El discurso a la nación que el presidente de Bulgaria, Rumen Radev, dio en un tono inesperadamente duro desde la tribuna parlamentaria, y en el que acusó al Ejecutivo de ser uno de los pocos que no discutió su programa de gestión con la Asamblea Nacional, suscitó una reacción indignada del partido gobernante GERB. En una declaración a este respecto, Daniela Darítkova, presidenta del grupo parlamentario del partido GERB, expresó la expectativa de que la vicepresidenta Iliana Yótova coopere con su experiencia política para encontrar soluciones para evitar que el actual Presidente pase a la historia como el jefe de Estado más negativo que ha planteado más amenazas a la paz social y ha devaluado la institución del veto. En cuanto a la nueva sesión del cuerpo legislativo, Darítkova aseguró que el partido gobernante seguirá cumpliendo los compromisos asumidos con los ciudadanos búlgaros a principios de su mandato y trabajará junto con las demás fuerzas políticas para mantener la confianza en el proceso democrático y el parlamentarismo.

El grupo parlamentario del Partido Socialista Búlgaro (BSP) también criticó al Gobierno. En nombre del grupo, la líder de los socialistas, Kornelia Nínova, anunció que será presentada una denuncia constitucional contra la práctica del Ejecutivo de asignar dinero de los Presupuestos Públicos para fines partidistas. Los objetivos principales de los socialistas durante la nueva temporada política están relacionados con el restablecimiento del papel del Estado, el aumento de los ingresos, el establecimiento de reglas para el funcionamiento eficaz del sistema judicial y para garantizar la primacía de la Ley y no del individuo.

El Movimiento por Derechos y Libertades (DPS), el partido de la minoría turca en Bulgaria, también presentó una declaración muy crítica, insistiendo en un diálogo para determinar las prioridades nacionales. Según el DPS, la estadidad está al borde del colapso, el Gobierno es ineficaz e inoperante, y existen guerras políticas e interinstitucionales a las que se debería poner fin. En este contexto, el Movimiento se declaró a favor de una visión de gobierno a largo plazo completamente nueva.

En nombre de la coalición Patriotas Unidos, el socio de gobierno del GERB, su copresidente, Iskren Veselinov, instó por una revisión de todo lo que el Gobierno ha cumplido e incumplido. En una sesión informativa separada, Yávor Notev, diputado del partido Ataka, integrante de la coalición patriota, declaró que lo que quedaba del grupo parlamentario de los Patriotas Unidos después de que tres miembros de Ataka fueran expulsados no es la formación votada por los ciudadanos búlgaros. De la sesión informativa además se desprendió que los cuatro diputados restantes de Ataka también abandonan el grupo parlamentario de los patriotas.

Así, la inauguración de la nueva sesión parlamentaria no sólo justificó las expectativas de un otoño político exacerbado,  sino que las superó. En vísperas de las elecciones municipales, programadas para fines de octubre, la confrontación entre el Ejecutivo y el Presidente no sólo no ha cesado, sino que parece agudizarse. Tras la retirada de todos los diputados de Ataka del grupo parlamentario de los Patriotas Unidos, el mismo ya no está compuesto por tres, sino por dos fuerzas políticas, lo que podría conllevar reclamos por un cambio en el acuerdo de coalición. El tono inusualmente duro de la declaración del DPS incita a pensar si las pretensiones del Movimiento de “una nueva visión de gobierno” no implican su participación en éste. La proximidad de las elecciones municipales y el compromiso prioritario de los partidos con ellas no dan motivo a esperar que el elevado nivel de confrontación que se percibió al comienzo de la nueva temporada política escale a mayores. Sin embargo, esto podría esperarse en noviembre, después de la segunda ronda de las municipales.

Versión en español por Daniela Radíchkova