¿Qué se siente al pintar un cuadro si formas parte de él? Esto se lo puede plantear cualquiera que haya leído sobre Rafaela Rafaelova y el pasatiempo que ocupa una parte importante de su vida. Es una de los primeros artistas de realidad virtual en Bulgaria y responde a la pregunta sin perder mucho tiempo: Supongo que es un sueño para todo artista estar solo en su propia cabeza o mostrarle al espectador lo que sucede en su imaginación. Es realmente mágico. Me encanta usar esta palabra relacionada con el dibujo en la realidad virtual.

Antes de comenzar a pintar con paleta y pincel virtuales, Rafaela se dedicaba al dibujo tradicional en la Academia Nacional de las Artes. Más tarde también se dedicó a la moda, fue profesora de diseño de moda en la Escuela Superior de Artes Aplicadas San Lucas de Sofía y es copropietaria, junto con su amiga Katerina Malganska, de una marca de ropa deportiva. Sin embargo, la colección es diferente de otras a las que estamos acostumbrados, ya que la ropa representa personajes de la mitología búlgara:

La samodiva y el kuker son los primeros personajes que hemos incluido, pero pronto añadiremos uno nuevo que no quiero revelar aún, explica la talentosa joven. Profundizamos en la mitología y buscamos criaturas interesantes que se encuentran en el folclore y cuentos de hadas búlgaros. Lo más divertido fue cuando decidimos "enfrentarlas" con personajes estadounidenses: el “kuker” contra Batman o la samodiva contra Wonder Woman. Y, por supuesto, siempre ganamos nosotros. Las dos mujeres escriben artículos sobre cada personaje nuevo que usan en su ropa, y los publican en la página web de su línea de moda.

Con la ayuda de la empresa en la que trabaja actualmente, Rafaela ha logrado cumplir el sueño de sus alumnos de la Escuela Superior de Artes Aplicadas de crear modelos para su propio desfile de moda dibujados en realidad virtual. Sin embargo, aún no existe dicha marca de ropa virtual, por lo que Rafaela comparte otro sueño que está a punto de cumplirse:

Estoy trabajando en un artículo científico en el que hablo sobre el uso de AR (realidad aumentada, una combinación de elementos del mundo real y virtual) y VR (realidad virtual) en la ropa. Espero que esta idea sea una realidad en el plazo de seis meses. Quiero que la ropa que usamos lleve más conocimiento y significado. Me dedico a la ropa tradicional búlgara, en la que sabemos que cada detalle tiene un significado: ni la decoración ni el color se seleccionan al azar. No se trata tanto de la belleza de la prenda como del simbolismo que le ponemos. Quiero transmitir estos símbolos a través de las nuevas tecnologías, es decir, que vuelva el bordado tradicional búlgaro, pero que sea virtual y que se interpreten las prendas utilizando métodos virtuales.

Según Rafaela, no solo el bordado tradicional, sino también la ropa tradicional búlgara en su conjunto es una red social porque por el traje que lleva un hombre se puede saber si está casado, de dónde es y de qué familia. Por lo tanto, es una fuente de información extremadamente valiosa que Rafaela quiere conservar para las próximas generaciones.

Con todos estos compromisos, la artista aún encuentra tiempo para pintar en el espacio virtual. No tan a menudo como ella quiere, pero siempre que puede le dedica al menos dos o tres horas. Sin embargo, cuando se utiliza ese software son necesarios descansos frecuentes, ya que el uso excesivo sobrecarga el organismo. La artista admite que en ocasiones cuando se quita su casco especial, el mundo real le parece irreal y se siente algo insegura. Pero la experiencia en el mundo virtual que ha creado compensa ese pequeño inconveniente.

Versión en español por Marta Ros