Las escuelas dominicales búlgaras en el extranjero son un auténtico fenómeno para el sistema búlgaro de la educación. Representan un recordatorio peculiar de aquellos próceres renacentistas de la época anterior a la liberación de Bulgaria del dominio otomano quienes estaban dispuestos a darlo todo de sí con tal de conservar la lengua, la cultura y el folclore búlgaros y transmitirlos como valores trascendentales e imperecederos a las generaciones posteriores. Es así como hoy en día centenares de familias búlgaras dispersas por el mundo mantienen su fuerte apego a la lengua patria y, aunque residiendo en un entorno foráneo, consiguen transmitírsela a sus vástagos.
El papel de un nexo viviente con la patria lo cumplen las escuelas dominicales, creadas por organizaciones de búlgaros registrados en países extranjeros. También hay tales centros docentes adscritos a los consulados de Bulgaria como también a las diócesis ortodoxas búlgaras en el mundo entero. Las primeras escuelas búlgaras en el extranjero fueron creadas por horticultores búlgaros en Praga, Bratislava y Budapest después del año 1945.En la última década las comunidades búlgaras a nivel local despliegan una intensa actividad en organizar cursos de educación, de danzas, de música, de canto. Las escuelas búlgaras en el mundo están siendo apoyadasconcretamente a través de programas del Ministerio de Educación y Ciencia de Bulgaria. Estos centros ya suman 335 en medio centenar de países del mundo entero. Son sendos focos del espíritu búlgaro ya que no sólo se desvelan por la conservación de la conciencia nacional búlgara, de la lengua y cultura búlgaras entre los búlgaros jóvenes, sino también se proponen popularizarla lengua búlgara en las comunidades en que se encuentran estas personas. Así lo señala Natalia Mijalevska, jefa de la Dirección de “Educación de los búlgaros en el extranjero y red de escuelas” del Ministerio de Educación y Ciencia.
En estas escuelas trabajan no simplemente unos maestros, se trata de personas patriotas que tienen asimismo otras profesiones pero en su tiempo de ocio retornan en sus pensamientos a Bulgaria al ofrecer formación a los niños búlgaros en el extranjero. Son personas que han logrado motivar a los padres a que acompañen a sus hijos a grandes distancias para que éstos frecuenten una escuela búlgara. La enseñanza se ofrece los fines de semana, y esto quiere decir que esas personas dedican a la escuela su escaso tiempo libre para que sus retoños puedan aprender el búlgaro. Los maestros y profesores en esas escuelas motivan a los padres y alientan a los propios niños. Hacen gala de inventiva al aplicar métodos didácticos innovadores, calcados del sistema de enseñanza local y combinados con las tradiciones educacionales búlgaras.
Al cambiar sus reglamentos, el Ministerio de Educación y Ciencia de Bulgaria se propone atraer a personas jóvenes de ascendencia búlgara, residentes en el extranjero para que elijan una formación búlgara en el futuro. Un paso en este sentido se ha dado con la oportunidad, otorgada a toda persona con certificado de buen dominio de la lengua búlgara, para su presentación en los exámenes de ingreso de centros universitarios búlgaros quedando eximida esa persona de un examen de lengua búlgara. El Ministerio hace grandes esfuerzos no sólo en subvencionar el horario de los enseñantes que imparten la lengua, la historia y la geografía de Bulgaria sino también en apoyar financieramente a los dirigentes de actividades extraescolares relacionadas con el folclore y la cultura nacionales en las escuelas por el mundo, agrega Natalia Mijalevska y añade:
Hemos creado programas docentes por los que se puedan atestiguar y certificar los conocimientos que se adquieran de lengua búlgara. De este modo los educandos no sólo mostrarán su dominio de la lengua materna a un nivel determinado sino que, al recibir el certificado, podrán trabajar con este documento en el futuro. Nuestros desvelos por todos estos más de 40 mil niños búlgaros– del primero al duodécimo grado escolar-apuntan a que todos ellos se puedan instruir no sólo físicamente en las escuelas búlgaras sino también por correspondencia, vía Internet, en las regiones en que les es físicamente imposible frecuentar una escuela búlgara.
Versión en español por Mijail Mijailov
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