En este día, los padres de la pequeña María la llevaron al Templo de Jerusalén para servir a Dios. El evento, descrito en las Escrituras, se conoce hoy como la Presentación de la Virgen María, y es celebrado por cristianos de todo el mundo.

En el calendario popular búlgaro, el día en que la Iglesia Ortodoxa celebra la presentación de la Madre de Dios en el templo es el Día de la Familia Cristiana. Con ese motivo, en la víspera de la fiesta, los habitantes de Razlog llevan 34 años con la tradición de celebrar las bodas de plata y de oro de las parejas casadas de la región.

Hay muchos aniversarios en la vida de la familia, pero los más apreciados son aquellos en los que ambos cónyuges llevan juntos un cuarto de siglo y medio siglo, explica Reni Racheva, directora del centro de ceremonias de la ciudad. Este año, 125 parejas celebraban sus bodas de plata y oro y todas lo celebraron en una fiesta organizada por el Ayuntamiento y el centro de ceremonias.

La pareja que celebra su aniversario es recibida con un ramillete de geranio de la familia más joven de la ciudad y, como si de una boda real se tratara, pasan por debajo de un arco y reciben felicitaciones, cuenta sobre la tradición Reni Racheva. Los matrimonios que celebran sus bodas de oro llegan con una hogaza de pan, y os podéis imaginar qué emoción y alegría se palpa en el ambiente. En un recipiente especial también llevan una llama, símbolo de amor, que entregan a los matrimonios que celebran sus bodas de plata. Y ellos, a su vez, se la entregan a la familia más joven para que mantenga simbólicamente su hogar caliente y que el pan les sepa dulce. A continuación, todos los que celebran su aniversario firman en el libro de firmas que llevamos guardando desde 1985. El alcalde de Razlog también asiste al evento y presenta certificados de matrimonio, muy bonitos aunque solo tengan valor simbólico. Y como el alcalde también actúa como padrino simbólico, los invitados a la boda le dan una toalla, después de lo cual él baila la danza del padrino.

Reni Racheva añade que para ella es difícil contar las parejas que han celebrado sus longevos matrimonios. Según afirma, solo los de bodas de oro ya suman alrededor de 50 cada año, por lo que fue necesario empezar un segundo libro de registro.

¿Cómo afecta a las familias la renovación de los votos matrimoniales?

Muy agradable, fresco y positivo, responde la directora de la casa de ceremonias. A las parejas les brillan los ojos. Luego nos encontramos y han renacido. Los que celebran sus bodas de plata, al ver la ilusión en los ojos de los de las bodas de oro, hacen acopio de fuerzas para avanzar porque todavía son jóvenes.

En Razlog las familias son sólidas, afirma Reni Racheva. Todas han pasado por años difíciles, pero han mantenido viva la "magia del amor" mientras edificaban su convivencia sobre tres virtudes básicas: confianza mutua, compromiso y perdón. Desafortunadamente, cada vez menos personas reconocen la familia como valor y tal vez en una década más o menos las cosas se irán desvaneciendo, predice.

Los tiempos han cambiado, los valores también, y la gente, absorta en la vida cotidiana, olvida estas celebraciones tan especiales. Puedo sentirlo en las parejas que vienen a inscribirse en esta celebración y en los que nos agradecen por transportarles al pasado y sus recuerdos les inundan. Sin embargo, los más jóvenes, los que están a punto de emprender este viaje familiar, parten con otras actitudes: qué más conseguir, qué vivienda más lujosa adquirir. Para ellos, lo material es más importante que mantener las tradiciones, la familia y el amor, y no parecen darse cuenta de que el matrimonio es una gran responsabilidad y que amar a alguien lo es todo. Cuidar de esa persona, compartir, a veces incluso el dolor.

Nuestros abuelos aún conservan esta valiosa experiencia. Y si los jóvenes les pidieran consejo más a menudo, no solo sentirían sus raíces sino que también aprenderían responsabilidad en la familia, concluye Reni Racheva.

Versión en español por Marta Ros