Cuando el mundo se rompe y las escenas son solo virtuales los escritores también ocupan el lado silencioso y tácito de la crisis. Es el mejor lado del proceso de escribir”, dice uno de los escritores contemporáneos búlgaros más leídos, Gueorgui Gospodinov. Reunirse con los lectores ahora es un recuerdo y una esperanza pero las palabras son “distantes, pueden alcanzar a las personas cuando les llegue el tiempo. Según Gospodinov, cada persona que escribe plasma en el texto sus miedos y esperanzas, y doma la ansiedad de lo que se está acercando.
Acabo de terminar una novela que espero que esta primavera pueda llegar a los lectores. En esta novela he plasmado lo vivido. Nuestro trabajo de verdad es barajar lo desconocido, consta en que seamos los primeros en sentir la ansiedad de lo que se acerca. De algún modo este virus transmitió un nuevo sentido y dio nueva interpretación de todas nuestras historias y libros. Los libros adquieren la potencia de las personas que las leen y esto supera la capacidad de su autor. Cuando leamos los libros con la mirada vuelta hacia el pasado veremos que tal vez haya habido una advertencia, un indicio. Este no es el primer apocalipsis que vive la humanidad. Nosotros mismos, en un plan personal y biográfico, hemos pasado por nuestro apocalipsis, en grado mayor o menor. Lo que queda es que a fin de cuentas todo se convierte en historias.
Dicen que después del 11 de septiembre de 2001 muchos buscaron un consuelo y sentido en el arte de los antiguos maestros y las obras clásicas, buscaron un refugio en los museos y los teatros, señala el escritor en entrevista con Radio Nacional de Bulgaria. A semejanza de los antiguos refugios antibombas, ahora necesitaremos de refugios de la crueldad del tiempo. Uno de estos refugios son los libros, comenta.
Cuando termine la presente crisis llegará una mayor e invisible: la del agotamiento del sentido, agrega Gueorgui Gospodinov.
El problema es si saldremos conservados, seremos más pobres, esto es seguro, pero a la vez más humanos. Esta variante no es tan mala: más pobres pero más humanos −señala el escritor y agrega− : Creo que la crisis nos dice: sean más sumisos ahora y retírense a las cosas que pueden hacer solos, en la escritura, en sus pensamientos, en las conversaciones con los familiares, tienen todo el tiempo del mundo. Para todos nosotros que nos hemos quejado qué ocupados estamos, cuántos compromisos importantes tenemos y que no nos alcanza el tiempo. Pues bien, ahora lo tenemos. El tiempo también se convertirá en un problema porque uno no sabe qué hacer con tanto tiempo, qué hacer consigo mismo. Esto será un reto. No estamos acostumbrados a estar mucho tiempo en privado con nosotros mismos. Tendremos que leernos a nosotros mismos por lo cual ayuda la literatura. Cuando se aproxima a un libro uno no lee simplemente el libro o el autor, sino su propia ansiedad, miedos y esperanzas. Cuando llega un momento así, uno valora de otra manera el mundo de ayer. Por esto de la crisis debemos conservar algunos valores principales como la compasión por el otro, se trata de cosas pequeñas pero de la crisis debemos salir con ellas.
A juicio del escritor, el viraje en el modo de vivir en estos momentos nos hace fijar la mirada en nosotros mismos y retirarnos en el pasado para encontrar un lugar estable del cual podamos agarrarnos, pero ¿es esta la solución?
Toda crisis encierra lo nuevo que nacerá. Por un lado no seremos los mismos y el mundo tampoco será como antes. Saben que dice el Libro del Eclesiastés: Hay un tiempo para abrazarnos y un tiempo para alejarnos. Bajo el cielo hay un tiempo para todo. De repente nos daremos cuenta que debemos regresar al tiempo de abrazarnos y esto producirá miedo, el miedo ordinario de tocar al otro, acercarse a él y es muy importante cómo lo superaremos. Las principales cosas que debemos llevar con nosotros de la época antes de la crisis debemos ponerlas desde ahora en una capsula del tiempo, en una pequeña maleta, y tomarlas con nosotros.
Artículo basado en una entrevista hecha por Boyana Andréeva para el programa Jorizont de Radio Nacional de Bulgaria
Versión en español de Hristina Táseva
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