A principios del siglo XX, Tutrakán, una pequeña población ubicada junto a las aguas del segundo río más largo de Europa, fue el centro pesquero más importante del Danubio en Bulgaria. Ahí hay un asentamiento natural de pescadores, que hoy en día es un lugar atractivo para los entusiastas de la pesca. El espíritu autóctono de la época del Renacimiento Nacional del complejo arquitectónico con el nombre de El Barrio de los Pescadores recuerda por las redes de pesca, las casas y los talleres de botes la ocupación de los lugareños. Hasta principios del siglo pasado, en el vecindario residían más de 1.400 familias de pescadores, y los que practicaban este oficio representaban más de una cuarta parte de los casi ocho mil habitantes de la población. En la actualidad, el Barrio de los Pescadores es un monumento de la cultura de importancia nacional. También es el lugar donde se puede degustar una deliciosa sopa de pescado, pero también ver una de las puestas de sol más cautivadoras.
Tutrakán también alberga un Museo Etnográfico de la Pesca y la Construcción de Barcas del Danubio.
“Nuestro museo atrae a gran número de turistas cada año, y está incluido en la lista de los 100 sitios de interés turístico más importantes de Bulgaria. A menudo viene gente de otras ciudades ribereñas del Danubio y comparte sus tradiciones relacionadas con la pesca”, dijo hace algunos años a Radio Bulgaria el curador de la exposición, Velichko Atanasov. Para él, como pescador aficionado, es de especial interés un pequeño dispositivo que imita el sonido emitido por el siluro en la época de reproducción, atrayendo a los grandes peces, que suben del fondo a la superficie del estanque donde se les puede pescar.
Otras muestras que se pueden ver en el Museo son una multitud de herramientas olvidadas desde hace tiempo. Los objetos expuestos son más de 1.800 pero deben verse in situ. Es precisamente ahí donde nos lleva el artículo titulado “El Museo de la Pesca en Tutrakán cuenta historias sobre la gente y el río”, del archivo de Radio Bulgaria.
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