A finales del siglo XIX y comienzos del XX, la literatura búlgara iba registrando un auge inédito. Entre la pléyade de poetas y escritores talentosos como Pencho Slaveykov, Iván Vazov, Peyo Yávorov, Aleko Konstantinov, Dora Gabe ocupó un puesto digno Kíril Jristov, un poeta lírico brillante, dramaturgo, traductor de las lenguas rusa, alemana, italiana y francesa, autor de textos históricos, epigramas, corresponsal de guerra durante las Guerras de los Balcanes y la Primera Guerra Mundial. Amén de por su talento, Kíril Jristov cobró notoriedad por su espíritu orgulloso e intransigente, por lo que se le llegó a considerar a menudo como persona de genio conflictivo.
El clamoroso éxito despertado por sus dos libros: Sombras eternas (1897) y En la encrucijada (1901), le valieron el tutelaje de Iván Vazov, el patriarca de las letras búlgaras. A principios del siglo XX, Kíril Jristov ya se había convertido en un autor popular, en uno de los ”constructores de la literatura búlgara moderna”, reconocido aún en vida por la crítica literaria como autor literario clásico. “No obstante ello, hoy en día sus obras se encuentran injustamente olvidadas, y ni siquiera se estudian en la escuela”, dice Ana Anastásova, directora del Departamento de Historia Local y Patrimonio Literario de la Biblioteca Municipal de Sofía.
Con motivo del 145 aniversario del natalicio de Kíril Jristov, se ha organizado en la Biblioteca una exposición documental de medio centenar de ediciones raras que poseía el poeta. La mayoría de ellas llevan autógrafos y dedicatorias de sus autores especialmente para Kíril Jristov.
“Tenemos libros autografiados por autores como Iván Vazov, Yordán Yovkov, Peyo Yávorov, Dora Gabe, Alexándar Balabanov, Veselín Janchev, así como de gran número de autores extranjeros que el poeta fue reuniendo durante su estancia en el extranjero −comenta Ana Anastásova− . También forman parte de la actual muestra libros para bibliófilos. Kíril Jristov se inició en la actividad literaria haciendo traducciones del ruso, italiano, alemán y francés. Vivió en inmigración en Chequia durante 16 años. En ese país, al igual que en cualquier otro por el que viajaba, no dejaba de comprar libros. Le comentó en una ocasión a su esposa que de haber podido transportar a Bulgaria todos los libros que había llegado a poseer, éstos hubiesen podido servir para confeccionar una biblioteca. Lo donó casi todo a la Biblioteca de Praga. Trajo consigo a Bulgaria sólo los libros por los que tenía mayor apego. Su vida no fue nada fácil. Por las particularidades de su genio, se le veía como una persona desconfiada y de mucha autosuficiencia. Kíril Jristov posiblemente fuera el poeta más denigrado en las letras búlgaras. Lo curioso es que llegaba a convertir en amigos a sus impugnadores”.
El artista fue defensor a ultranza de la lengua búlgara y de su riqueza. Decía que la lengua búlgara era muy bella y se oponía a quienquiera se atreviera a llamarla “tosca”. Solía incorporar a sus versos el tono melodioso de la canción tradicional búlgara. Llegó a dedicar a la creatividad popular un ciclo de sus obras. No obstante, las obras cimeras de Kíril Jristov son los poemas que ensalzan el heroísmo de los búlgaros en los combates librados durante las dos Guerras de los Balcanes de comienzos del siglo XX.
La exposición se puede ver hasta el 15 de julio en el vestíbulo central de la Biblioteca Municipal de Sofía.
Versión en español por Mijail Mijailov
Fotos: Agencia Estatal "Archivos" y Biblioteca Municipal de SofíaEl 22 de septiembre de 1908 fue proclamada la Independencia de Bulgaria. Tres decenios después del más atrevido acto independiente en la historia de Bulgaria, la Unificación de Rumelia Oriental y el Principado de Bulgaria, los búlgaros volvieron a..
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