Han transcurrido 135 años de aquella gloriosa fecha, el 6 de septiembre de 1885. Eran años en los que pese a las dificultades en su historia ulterior, Bulgaria había conseguido conservar su soberanía de Estado unido e independiente. Al término de la guerra ruso-turca, libertadora para Bulgaria y tras el Congreso de Berlín ,celebrado en julio de 1878 y que fragmentara el país en Principado de Bulgaria  y Rumelia Oriental, al Imperio Otomano les fueron restituidas Macedonia, Tracia de Edirne y la zona del monte Ródope. El pueblo de Bulgaria se  dio clara cuenta de que tenía que seguir bregando por una Bulgaria fuerte y digna. Siete años después de la liberación del dominio otomano y tras  echar los cimientos  de su economía, ejército e instituciones, Bulgaria  estaba dispuesta a hacer realidad otro de sus anhelados sueños: la Unificación del país. La lección más  importante de aquel  heroico acto es que la unidad de la nación sólo se vuelve viable al existir una causa nacional general.

En el mundo moderno, una mirada objetiva e imparcial a lo ocurrido en el pasado de Bulgaria, pero asimismo en el presente, resulta de importancia vital si bien una tal valoración tendrían que hacerla personas jóvenes de ideas claras y conocimientos de la historia patria. Por esto precisamente importa mucho la forma en que los adolescentes se enterarán de hechos del pasado  cercano y lejano  de Bulgaria:

”De los manuales de historia han ido desapareciendo  efemérides y acontecimientos importantes. No se está estudiando en profundidad la historia moderna de Bulgaria, señala Sava Kufarov, miembro del comité ”Rodoliubie”-patriotismo, en español- de la ciudad de Plovdiv. Nuestros hijos y nietos no están informados de los acontecimientos que  habían ocurrido en aquellos años. Cuando procuramos recrear los uniformes, las armas, aunque de manera limitada, para resucitar una parte de aquel acontecimiento ,me siento muy orgulloso al comprobar que hay numerosos búlgaros jóvenes que ven en vivo y en directo nuestra reconstrucción y que no se olvidarán de lo que hayan visto Es posible que algunos de ellos se sientan así alentados a buscar  fuentes históricas para informarse  sobre los acontecimientos  acaecidos  en aquella época”.

Este año, aunque a escalas más reducidas por la pandemia de Covid-19, la Ciudad de las Siete Colinas, nombre por el que también se le conoce a Plovdiv, volverá a ser anfitriona de una reconstrucción especial en que resucitará el día de la Unificación. En este reposición histórica Sava Kufarov se reencarna  en el puesto del gobernador general de Rumelia Oriental, Gavril Krastevich , cuyo papel no debería ser concebido como negativo. Es que el cargo que Krastevich ocupaba en el Imperio Otomano en el momento de la Unificación no le permitía intervenir directamente a favor de los búlgaros. A pesar de ello, Krastevich sí les fue útil ya que no reportó nada sobre el golpe de Estado que se preparaba en la región, del que ‘el tenía conocimiento desde hacía más de una quincena de días .La esperanza que en él alentaba de un éxito de aquella patriótica iniciativa cobró claridad meridiana en las palabras que Krastevich profiriera  en el momento de su detención: ”También yo soy búlgaro y deseo que esta obra se corone de éxito y perdure”.

Los organizadores  de la reconstrucción de los acontecimientos ocurridos hace 135 años, que son los afiliados al comité “Rodoliuvie” de Plovdiv, no son historiadores profesionales sino aficionados que, no obstante, procuran  resucitar las escenas históricas con la máxima autenticidad posible. Muchos de ellos son coleccionistas  de armas antiguas para las cuales cuentan con todos los permisos indispensables. Les sirven cabalmente mientras  desempeñan sus respectivos papeles en los espectáculos históricos. Los miembros del comité, descendientes de afamados héroes búlgaros , cuentan  frecuentemente las historias de su estirpe. La de Sava es una de ellas. Su bisabuelo fue soldado voluntario del Cuarto Destacamento de la Compañía número 2 y participó en los heroicos combates librados en el pico de Shipka, en la Cordillera de los Balcanes. La llama de aquel ejemplo de abnegación patriótica sigue prendida hasta hoy en día en el corazón de Sava Kufarov.

El 6 de septiembre, amén de ser festejado como Día de la Unificación de Bulgaria, es celebrado, desde enero de 1993, como  fiesta de la ciudad de Plovdiv. Por tradición, a ciudad amanece este día con gran solemnidad  y multitud de manifestaciones entre las que  destaca la ceremonia al pie del monumento a la Unificación, símbolo de la villa. El monumento, pese a haber sido desvelado un siglo después de aquel glorioso día, erigido en la homónima plaza de la urbe, mantiene vivo para siempre  el recuerdo de todos los héroes que habían dedicado una parte de sus vidas a la anhelada  unificación del Principado de Bulgaria con Rumelia Oriental.

Versión en español por Mijail Mijailov