En el umbral del otoño, pasan a primer plano los cuidados para fortalecer el organismo y el sistema inmunológico. Una de las mejores maneras para lograrlo son los paseos en medio de la naturaleza combinados con las propiedades beneficiosas de la miel de mielada, por ejemplo. La montaña de Strandzha, en el sureste de Bulgaria, ofrece precisamente esta posibilidad. 

Empresarios locales han diseñado una ruta especial que presenta de cerca la miel de mielada de Strandzha y los productos apícolas orgánicos que se elaboran en los bosques a lo largo del río Veleka. Los turistas tienen la oportunidad de visitar dos colmenares ubicados cerca de las aldeas serranas, donde se producen miel orgánica, vinagre de miel y productos apícolas, que fortalecen la inmunidad. 

La miel de mielada de Strandzha tiene cualidades curativas comprobadas y desde hace tiempo forma parte integral del logotipo turístico de esta montaña. No es casualidad que se le llame “el oro negro de Strandzha”. En 2019, se convirtió en el primer producto búlgaro certificado con Denominación de Origen Protegida en conformidad con los esquemas de calidad europeos. Es producido por las abejas melíferas que recolectan el rocío de miel de las plantas y el líquido dulce de las bellotas del Roble de Hungría (Quercus frainetto) que se da en esta zona.

La miel de mielada de Strandzha tiene un aroma a frutas y caramelo, y es muy baja en polen. Gracias al conjunto de minerales, aminoácidos esenciales y vitaminas, se usa para aumentar la inmunidad, así como en el tratamiento de diversos problemas: desde la gripe hasta las enfermedades renales y hepáticas.

Paralelamente a las visitas a los apiarios, los turistas tienen la oportunidad de adentrarse en la montaña y conocer sus antiguos santuarios, tradiciones, naturaleza y cocina local. 

Versión al español de Hristina Táseva