Hoy, cuando debido a la pandemia resulta muy arduo emprender un retorno físicamente, uno puede viajar al terruño por medio de su imaginación o a través de las palabras. Una antología que recoge textos escritos por búlgaros residentes en los cinco continentes ofrece la respuesta a la pregunta de desde dónde regresan los búlgaros “retornados”, desparramados, de hecho, en todos los rincones del mundo.
La quinta antología literaria, que ha visto la luz gracias a la colaboración de búlgaros afincados en todo el mundo, recoge cuentos y poemas de 68 autores, agrupados bajo el título de “Retornados”. A pesar de que esta palabra pueda evocar asociaciones con el pasado, cuando quienes escapaban del régimen eran estigmatizados como “No retornados”, el vocablo “retornado”, según el diccionario de lengua búlgara, designa a las personas que vuelve al mismo lugar del que partieran. Retornan, eso sí, cambiados y nunca los mismos.
“Retornan, simultáneamente, al digno pasado de Bulgaria y a la cultura de este país, dice el literato Marin Bodakov, que ha hecho la presentación de la antología. Estas personas también retornan al lenguaje y podemos comprobar cuán dulce es el uso de la lengua, cuán jubilosos han sido los autores de estos textos con el empleo de raras palabras anticuadas”.
Tanya Panova lleva toda una vida trabajando con las palabras, pero es apenas ahora, tras haber dejado el periodismo en el pasado, cuando se anima a presentar un texto artístico suyo propio. Se trata del cuento titulado “De cómo se teje una canción”.
“Se hace en la misma forma en que una está tejiendo una alfombra, es así justamente como se teje una canción, dice la autora. Tienes que sacar la urdimbre de tu mente, reunir las palabras con tu corazón e irlas ordenando para poder cantar tu canción mientras continúan los vaivenes de la lanzadera.
Antón Donchev, escritor clásico, dice que llega un momento en que el búlgaro debe comenzar a crear su canción. La última palabra de su canción será asimismo su final, para que la recuerden los demás y sigan adelante. Una canción es toda una historia integral, similar a un bordado búlgaro acabado. Es la historia de toda una estirpe, de una familia”. Por su ensayo, titulado “Lamento”, Yordan Ignatov, de 15 años, ha sido ganador del concurso estudiantil nacional “Retorno a las raíces”. El chico, descendiente de búlgaros refugiados de la Tracia de Edirne, evoca el retorno de sus parientes desterrados junto con otros miles de búlgaros al término de la Guerra Balcánica. ”La Bulgaria de hoy es muy distinta de lo que fuera en el pasado- dice Yordan Ignatov-. Mientras en el pasado le gente era oprimida y seguía en su lugar esperando a que Bulgaria recuperara sus territorios, con la caída del comunismo ya pudieron viajar al extranjero y satisfacer su interés por lo foráneo. Algunos de quienes se afincaron en algún país del mundo ahora desean volver, pero lo que frena su anhelo son los políticos de calidad deficiente y los bajos salarios. Otros no quieren vivir en Bulgaria bajo ningún concepto y esto me entristece un poco. Quisiera moverles a reflexionar, a ver Bulgaria con sus propios ojos, a invertir, a hacer algo para cerciorarse de que sí es posible volver y tener éxito”.
Recluidos en sus distantes hogares por las restringidas posibilidades de viajar, los búlgaros radicados en el extranjero, nos envían mensajes en cápsulas de la lengua, dice el literato Marín Bodakov.
“Todos ellos sugieren estrategias diferentes para superar la tristeza, sobreponerse a la morriña, para reforzar el sentido de lo que significa ser puente entre el país en que estén afincados y la patria. Son éstos los hilos rojos que cruzan por toda la antología. Sin embargo, para mí lo más interesante es ver cómo esas personas han ido cambiando al residir en un entorno nuevo. De repente esta gente se ha dado cuenta de que existen reglas de la convivencia humana en comunidad y que estas reglas no sólo garantizan el bienestar de esta comunidad sino que también propician su bienestar personal y hasta pueden originar un placer. Cuando estas personas vuelven a Bulgaria, ya acostumbradas a respetar una tal disciplina, se quedan estupefactos al ver cómo son depreciadas estas reglas”.
“Si quieres volver primero tienes que partir “, se dice en uno de los cuentos. Hoy los “retornados” - del país y del mundo- tienen, más que nunca, la oportunidad de cogerse de las manos y alimentados por el poderío de tal unión, acometer juntos la edificación de la Bulgaria anhelada.
Versión en español por Mijail Mijailov
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