Había una vez un bosque donde ositos, ardillas y conejitos vivían juntos y felices. Una mañana llegó volando el Búho, el maestro del bosque, y despertó a los animales comunicándoles una noticia importante: un virus había aparecido en el bosque, infectando a los animales. El médico del bosque, el señor Gato, explicó a sus habitantes cómo lavarse bien las manos para protegerse de la enfermedad.
Incluso los más pequeños necesitan que se les explique el cambio dramático que se ha producido en su mundo, en el que la sonrisa de los mayores solo se ve en sus ojos.
“La mejor manera de hacerlo es a través de cuentos de hadas o juegos −aconseja Lilia Nácheva, maestra en una guardería de la ciudad de Blagoevgrad (sudoeste de Bulgaria)− . Los más pequeños apenas son conscientes del peligro de infectarse y de las consecuencias del coronavirus, pero esto no significa que no se les deba concienciar. Como pedagogos tenemos la responsabilidad de formar la cultura sanitaria en ellos. Por esto debemos elegir las formas más idóneas, acorde su edad, para ofrecerles esta información”.
Es muy importante no provocar sentimientos de ansiedad y miedo en los niños, y para que nos entiendan mejor cabe utilizar ilustraciones, ya que a su temprana edad tienen pensamiento figurativo. De esta manera les explicaremos que no solo las princesas llevan coronas, sino también este nuevo miembro de la familia de los coronavirus: unos organismos diminutos que no vemos, pero que pueden enfermarnos.
“También podemos explicar a los niños, sobre todo a los mayores, la forma en que el virus entra en nuestro cuerpo y decirles que cuando se transmite de una persona a otra esto se llama contagio −prosigue Lilia Nácheva− . Es importante que sepan que el coronavirus no puede dar saltos grandes y para trasladarse utiliza varios métodos. Por ejemplo, cuando la gente se da la mano o se toca; por eso es importante lavarse las manos con jabón.
Cuando alguien desea saludarnos afectuosamente hay que evitar los abrazos y simplemente saludar a la persona agitando la mano o sonriéndole”.
Los niños deben saber además que el virus se transmite por gotitas de saliva, que se esparcen cuando hablamos, tosemos o estornudamos, por lo que es bueno guardar la distancia, agrega Lilia Nácheva. Pero tal vez lo más importante es que el niño confíe que si contrae infección por coronavirus, el médico al que lo llevarán sus padres lo ayudará.
“Cuando no nos sentimos bien y tenemos fiebre o tos, acudimos al consultorio donde el médico nos receta la medicación necesaria; con estas palabras debemos dirigirnos al niño si no se siente bien −aconseja la maestra− . El niño debe saber que si toma sus pastillas y sigue una buena higiene, el virus desaparecerá, y que los médicos y el resto de los mayores lo protegerán y garantizarán su seguridad”.
Versión en español de Hristina Táseva
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