Comienza el Ayuno de Natividad, que según la tradición cristiana dura 40 días. Además de abstenerse de alimentos de origen animal, para los cristianos el ayuno significa abstenerse de pensamientos, palabras y acciones malas y pecaminosos. Según dice san Juan Crisóstomo: “El beneficio del ayuno no debería limitarte sólo en abstenerte de comida grasienta porque el ayuno verdadero es mantenerse alejado de los males. Evita la injusticia. Perdona el agravio a tu prójimo. Perdona las obras de tu deudor”. 

Cuando la conciencia es pura de pensamientos dela vida cotidiana y necesidades terrenales, entonces el alma se purifica. Comenzamos a percibir el nuestro entorno de modo diferente y sentimos mayor cariño por las personas que nos rodean ya que abrimos nuestro corazón permitiéndole que se colme de caridad. Entonces nos acordamos que los problemas que afrontamos en la vida no son más que pruebas que nos hacen aún más fuertes y nos ayudan a encontrar el bien en todas partes. Hoy, en este año repleto de pruebas, nuestro llamamiento a ustedes es el mismo: abran sus corazones al amor de los prójimos, muestren compasión y humanismo a los extraños, escojan bien las palabras que vayan a usar para no herir a alguien sin quererlo. Sean humildes.