La hermosura de Bulgaria: así se titula la serie de lienzos del pintor Yanko Yanev que resultan más atractivos para al público. Cada uno puede descubrir en ellos su lugar favorito en este bello país, con sus rasgos y espíritu típicos. Ahí están la plaza antigua con la torre de reloj de la ciudad serrana de Tryavna, la Iglesia Rusa de Sofía, el palacio real de Balchik, en la costa del mar Negro, las montañas, las casas de la época del Renacimiento Nacional (ss. XVIII–XIX) con sus patios llenos de flores… Son cuadros que traen la sensación de armonía, tranquilidad y deleite del mundo que nos rodea. Con el transcurso de los años, los colores de la paleta del artista son cada vez más cálidos y claros, hecho que él explica con las prácticas espirituales a las que se ha aficionado. Pero, ¿qué es lo que le inspira más: la tristeza o la felicidad?
“Uno nunca crece solo con pensamientos felices –dice– , eso me parece demasiado dulzón. La catarsis pasa por el camino de la autoestima, la pena y el arrepentimiento, cosas que para mí se complementan. Pero, a fin de cuentas, tenemos que ser positivos”, es categórico el artista.
La fuerza del arte se apodera de Yanko Yanev sin que él se dé cuenta de ello –“No recuerdo cuándo comencé a pintar” – , pero el afán de dibujar se instala de manera perdurable en su vida y traza su trayectoria vital. Termina sus estudios en 1988, en la linde entre el totalitarismo y el inicio de los cambios democráticos en el país. “De hecho, salíamos de la universidad sin empleo. La situación era bastante insegura, pronto comenzaron los cambios”, recuerda Yanko. Pero pronto descubre las nuevas oportunidades que traen los tiempos nuevos. Crea una empresa a través de la cual, junto con sus lienzos, se pone a comerciar con reproducciones y obras más comprensibles para el amplio público. Una editorial le encarga diseñar un calendario. “Hasta entonces tales encargos se solían hacer solo a artistas renombrados, que a menudo quedaban incomprendidos”, explica Yanko. Este calendario pone el inicio de su ciclo La belleza de Bulgaria.
Junto con este trabajo bastante pesado, pues a veces tenía que hacer 4 ó 5 calendarios para el año respectivo, Yanko se ocupa además de su comercialización. ¿Es posible ganarse el pan en Bulgaria solo con el arte?, le preguntamos.
“Es muy difícil –opina– , pero creo que esto no es una novedad, siempre ha sido igual. La historia del arte lo confirma. Muchas veces los artistas solían gravitar en torno a mecenas ricos o a la iglesia. Hacer arte puro es una gran suerte para todo pintor”.
Yanko está convencido que, si un artista de pensamiento libre logra montar también un negocio exitoso, puede lograr resultados muy buenos.
A la pregunta de cuáles son las etapas más difíciles a la hora de crear un lienzo, responde con contundencia:
“El comienzo y el fin. La combinación entre la idea misma y los elementos concretos con todo lo que uno desea plasmar en el cuadro, es siempre algo muy complejo. Pero luego todo toma su propio curso. El lienzo se convierte en guía. El final es también muy difícil: percibir el momento en que debes poner el último trazo”.
Yanko Yanev pinta acuarelas y al óleo, pero la balanza parece inclinarse hacia el óleo:
“La acuarela es una técnica bastante difícil que, creo, no puede expresarlo todo. Además, la clientela que debería tener cada artista, parece aceptar los lienzos al óleo como una pintura más seria, más valiosa. Además las dimensiones de los cuadros en este caso pueden ser mucho mayores. Siempre me han gustado las dos técnicas, pero tengo la sensación de que el óleo me abre más posibilidades, como expresión y formato”.
En cuanto al estilo, se puede decir que Yanko Yankov es un artista polifacético e incluso sorprende a veces con los ángulos distintos que escoge en sus dibujos, los cuales abren posibilidades nuevas para ver y percibir el entorno:
“La gente me conoce más bien por mis proyectos populares: las postales, los calendarios y las repoducciones, que son bastante realistas, así como al estilo del realismo mágico o el surrealismo. Aunque hago también cosas abstractas. Creo que uno no debería cerrarse en uno o dos estilos solamente”, concluye diciendo Yanko Yanev en entrevista para Radio Bulgaria.
Versión en español de Katia Dimánova
Fotos: archivo personal
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