No pocas páginas de la dilatada historia del medio electrónico más veterano de Bulgaria, BNR (Radio Nacional de Bulgaria, por sus siglas en búlgaro), almacenan información sobre los programas especializados destinados al auditorio infantil, transmitidos en un principio íntegramente en vivo y en directo. Su inicio se remonta incluso a momentos anteriores al establecimiento oficial de la radio nacional con Real Decreto del 25 de enero de 1935.
Los primeros programas destinados a los niños al aire ya a inicios del año 1931, y a partir de 1934 comenzó a ser transmitida regularmente la Hora Radiofónica para los Niños. El Archivo de Oro de BNR recoge una curiosa conversación mantenida con la historiadora musical Antoaneta Radoslávova en la que ésta evoca los primeros intentos y desafíos iniciales a los que tendrían que enfrentarse los autores de un programa radiofónico especializado.
Después del año 1935, a Guiurga Pindzhúrova se sumaron otos dos cantantes de música folclórica: Ivanka Míteva y Pétar Ráykov. Agregar voces nuevas sólo era una de las ideas para modernizar la versión de entonces que tenían los programas para niños. Por idea del primer director de Radio Nacional, Sirak Skitnik (en español, Huérfano Herrante), y del compositor Dimítar Nenov, los programas se comenzaron a emitir los domingos, y las canciones indispensables para la respectiva edición, en vez de por gente mayor, fueron siendo interpretadas por niños.
En aquellos años anteriores a la guerra, e incluso en los posteriores, las cartas fueron convirtiéndose en vehículo habitual para la comunicación entre los oyentes y la radio nacional. Quienes más activamente escribían eran precisamente los niños. Por desgracia, una gran parte de aquellas misivas quedó destruida por los bombardeos sufridos en 1944 por la capital de Bulgaria, Sofía. Una de las bombas impactó en el edificio de la emisora, causando enormes daños.
Una de las voces emblemáticas que aportaría a los programas para niños la dosis de magia indispensable, que apaciguaría la algarabía infantil y haría desérticas las calles, era la de la actriz Mara Chapánova. Las personalidades con los que trataría en su labor en la Radio y sus consejos dejarían una huella perdurable en su conciencia. Ella siguió aplicando algunos de ellos más tarde, como actriz en el Teatro de la Juventud de Sofía.
”El proceso de preparación era muy interesante, ya que todo se hacía en vivo −expresa la actriz en una grabación de los archivos de BNR− . Nos reuníamos con los textos preparados en mano y cada uno subrayaba con lápiz los párrafos que tendría que leer. Luego comenzábamos los ensayos, esmerándonos en la entonación, la acentuación, la corrección en el habla, el grado de fuerza de la voz, ensayando a la vez multitud de canciones. Tuve la suerte de ser una de los primeros intérpretes de esas canciones, ya que tenía una voz muy hermosa y finita. A lo largo de los años, transitaron por esta Hora Radiofónica para los Niños muchos infantes. Casi todos posteriormente se dedicaron a las artes”.
Las lecciones aprendidas “sobre la marcha” detrás de las paredes del estudio de grabación fueron muchas, pero una de ellas está relacionada con la facultad de imitar voces muy variadas, recuerda Mara Chapánova.
“Otra cosa importante que nos enseñó la lectura ante el micrófono es que comenzamos a individualizar a los personajes desde el punto de vista meramente vocal. Se trata de algo indispensable para la radio, ya que la principal herramienta en ella es la voz”.
Desde sus inicios hace ya 90 años, los programas para los niños siguen hasta hoy en día ofreciendo a sus fieles oyentes una producción completamente original e interesante y sin parangón en Bulgaria.
Versión en español por Mijail MijailovFotos: archivo BNR, theater.bg y BGNES
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