En su sesión informativa del 4 de febrero, la Célula Operativa Nacional de Bulgaria advertía que la propagación del Covid-19 vuelve a aumentar y que la situación probablemente vaya a sufrir un deterioro en las semanas siguientes. En Bulgaria 8 regiones han sido decretadas “zonas rojas”, con incidencia acumulada de contagios superior a 100 infectados por cada 100.000 habitantes. El aumento más significativo se registra en las regiones de Kiusdentil y Sofía. Las cifras indican un “despertar” de la morbilidad de Covid-19 debido al período actual de invierno y la proliferación rápida de virus gripales, la situación complicada a nivel mundial y la falta de efecto colectivo de la vacunación contra el Covid-19, iniciada en enero.

Europa está a la expectativa de una tercera ola de propagación de la infección y reporta un problema grave por el retraso en el suministro de las vacunas. Ya desde el comienzo de la campaña de inmunización en masa contra Covid-19, acometida el pasado 27de diciembre, Bulgaria se fue quedando en el último puesto por los niveles de vacunación, que en este país son cinco veces inferiores a la media europea y hasta 10 veces más bajos frente a los países más avanzados. Según los datos más recientes, el total de personas vacunadas en Bulgaria es de apenas 54.025, siendo de 17.096 el número de quienes han recibido sendas segundas dosis.

Un sondeo sociológico representativo, efectuado a finales de enero arroja que un 28% de los ciudadanos mayores de edad han expresado deseos de vacunarse contra Covid-19, en tanto que un 43% se resiste a ponerse la vacuna. Esto, a juicio de algunos analistas, pone en evidencia una tendencia alarmante. Los analistas vislumbran la causa de ello en la deficiente organización para la inoculación de la vacuna y la falta de una campaña informativa. En el sondeo se señala , además, que los ciudadanos búlgaros apuestan por la información en los medios de comunicación y que apenas un 27% consultan a sus médicos de cabecera para informarse mejor. Uno de cada diez encuestados dice no informarse en absoluto sobre las vacunas. El problema es que ni siquiera los médicos de familia son capaces de aportar mayor claridad sobre el proceso de inmunización: ”Ignoramos cómo será la propia organización, si seremos nosotros quienes inoculemos las vacunas o bien se nos enviarán equipos con tal fin -señala la doctora Svetlana Slavova, con largos años de práctica en tres pueblos de la región de Varna. Lo que ahora estamos haciendo es confeccionar las listas preliminares de la gente deseosa de vacunarse”, agrega la doctora.

La vacunación debería correr a cargo de los médicos de familia, resalta el doctor Svetlín Mitev, secretario en Varna de la Unión de Médicos de Bulgaria. Los facultativos auguran que el 30% de los búlgaros se decantará por vacunarse. Según el doctor Mitev todo se aclarará en marzo, y a finales de febrero estará operativa una plataforma de inscripción electrónica que reducirá el fardo de la tramitación administrativa de la documentación.

La abogada en derecho médico María Shárkova opina que hay que invertir el orden y que la parte proactiva no sea el paciente en pos de información sino los especialistas médicos y las autoridades, que faciliten y orienten a los pacientes en lo concerniente a las vacunas. La abogada ha aducido el ejemplo de Bélgica, país en el que las autoridades se comunican personalmente con el respectivo paciente y responde a las preguntas de éste.” En Bulgaria las autoridades no han hecho su trabajo en grado suficiente”, señala Shárkova, y agrega: ”en lo que hace a la elección entre las diferentes vacunas, ésta tendrá sentido cuando dispongamos de cantidades suficientes de todas y cada una de ellas. Lo importante para nosotros es que se vacunen el mayor número de personas, pues, una persona más vacunada hoy es un paso más hacia nuestra inmunidad colectiva”, concluye María Shárkova.

Adaptado por Guergana Máncheva

Fotos: BTA