El edificio de la Asamblea Nacional está construido sobre un cementerio turco, y debajo hay pasadizos secretos; es una leyenda que existe en la la sociedad búlgara, pero no hay datos que confirmen esta información.
¿Cuál es la historia real del edificio en el que hasta hace poco sesionaban los diputados búlgaros?
Después de la Liberación de Bulgaria del yugo otomano en 1878, se inició un proceso de restauración gradual de la estatidad búlgara. Bajo la influencia de Europa, se gestaron las ideas de una Constitución y un parlamento que forjara las leyes de la Bulgaria libre. Los cimientos de la vida parlamentaria en el país fueron echados por la Asamblea Constituyente en la ciudad de Tárnovo (actual Veliko Tárnovo), capital del Segundo Reino Búlgaro (1185 – 1396), que aprobó la Ley Básica del país, que permaneció en la historia como La Constitución de Tárnovo.
“En aquel momento el Parlamento búlgaro no disponía de un edificio propio donde celebrar sesiones y se reunía en diferentes lugares en Tárnovo, Svishtov y Sofía −cuenta Elena Kámenova, experta estatal en la Dirección de Relaciones Públicas de la Asamblea Nacional− . En febrero de 1884, el entonces Consejo de Ministros tomó la decisión de construir un edificio en que sesionara la Asamblea Nacional”.
El proyecto fue encomendado al destacado arquitecto búlgaro Konstantín Yovánovich, que vivía y trabajaba en Viena. El magnífico edificio de estilo neorrenacentista se construyó en pocos meses: la primera palada fue echada el 4 de julio de 1884 y se consagró el 25 de noviembre de ese mismo año.
“Posteriormente, el edificio resultó ser demasiado pequeño, por lo que se tomó la decisión de ampliarlo −prosigue Elena Kámenova− . Cabe destacar que para las tres plantas se han elegido diferentes estilos arquitectónicos. A lo largo de los años, el objetivo siempre ha sido preservar el aspecto auténtico del exterior del edificio, y éste realmente se conserva intacto”.
Es un dato curioso que para recaudar suficiente dinero para construir el edificio, se hizo una colecta de donaciones de la población. Los nombres de los donantes se incluyeron en un Acta especial que termina con las palabras: “Que el edificio construido sirva para perpetuar la libertad y la igualdad en Bulgaria y para la gloria del pueblo búlgaro”. Este mensaje fue enterrado en los cimientos del edificio.
En el momento en que se erigió, el edificio del parlamento, uno de los primeros edificios públicos en la recién proclamada capital búlgara,estaba ubicado en lo que entonces eran las afueras de la ciudad,y hoy en día se encuentra en uno de los bulevares centrales más concurridos de Sofía. Encima de la entrada sur se lee el lema nacional que reza: “La unión hace la fuerza”, y encima de éste está el escudo nacional de la República de Bulgaria.
“Lo que hace tan valioso este edificio es su espíritu−dice, convencida, Elena Kámenova− . Entre sus muros ha transcurrido casi toda la historia parlamentaria del país. Durante 136 años, el Parlamento búlgaro ha sesionado en este edificio. Es donde se han tomado todas las decisiones cruciales y se ha decidido el destino de la nación”.
En 2002 el edificio de la Asamblea Nacional se abrió al público para que todos los ciudadanos búlgaros puedan familiarizarse con su historia. Los recorridos incluyen la sala de plenos, la exposición de retratos de los presidentes de la Asamblea Nacional, los pasillos, las salas y la biblioteca.
La Asamblea Nacional recuerda discursos históricos, zares, presidentes y cientos de diputados. El 31 de julio de 2020 la campana parlamentaria sonó por última vez en este edificio y los diputados se trasladaron al de lo que fue la Casa del Partido (del Partido Comunista Búlgaro, en la época del totalitarismo). Aún no se ha tomado una decisión sobre cuál será el destino del antiguo inmueble del Parlamento.
”Tal vez lo más lógico es convertirlo en un museo del parlamentarismo −opina Elena Kámenova− . Por su valor histórico, arquitectónico y cultural, en 1955, el edificio del Parlamento búlgaro fue declarado monumento de la cultura, pero fue y sigue siendo un símbolo del parlamentarismo búlgaro”.
Versión en español de Hristina Táseva
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