El 21 de mayo es un día dedicado a la diversidad cultural, una jornada durante la cual mediante distintas iniciativas demostramos nuestro respeto a las distintas culturas nacionales. En nuestros días los embajadores más relevantes de la cultura búlgara en el extranjero son nuestros compatriotas residentes en el extranjero. Ellos son quienes cada día personifican Bulgaria y el espíritu búlgaro en las sociedades en que viven.

Los búlgaros en el extranjero guardan vivo el lazo con el idioma y las tradiciones, y esto se observa tanto entre los emigrantes adultos como entre sus hijos a pesar de los distintos contextos sociales en que se encuentran, dice categórico el doctor Nikolay Vukov, del Instituto de Etnología y Folclorística, adscrito a la Academia de Ciencias de Bulgaria. El estudioso parte del equipo que desarrolló un estudio de gran escala respecto al patrimonio cultural y la institucionalización de las comunidades históricas búlgaras y las comunidades de emigrantes en la actualidad. Aparte de las bien conocidas diásporas en Europa y en los EEUU, los científicos centraron sus estudios en grupos actuales de emigrantes en América del Sur, el Oriente Próximo, África, Australia y Canadá.

A pesar de que los medios de comunicación modernos acortan las distancias y facilitan el lazo con la patria, hay dificultades de distinta índole que nuestros compatriotas afrontan por el camino a la conservación de su identidad cultural. Estos obstáculos varían en dependencia de los diferentes contextos sociales, culturales y políticos, por lo cual resulta difícil resumirlos.

“Cabe decir que hay algunos obstáculos comunes que están vinculados con la concentración y la consolidación de los emigrantes búlgaros en el extranjero, señala el doctor Vukov y explica que cuando las sociedades están concentradas alrededor de un núcleo, su presencia en el respectivo país es más compacta. Es de suma importancia cómo el respectivo Estado apoya a los emigrantes mediante diferentes medidas legislativas, culturales y políticas, ya que esto propicia las posibilidades de crear instituciones nacionales de los emigrantes en el contexto extranjero. Todas estas dificultades marcan el proceso de construcción, establecimiento y mantenimiento de las instituciones búlgaras en el extranjero. Precisamente estas instituciones son el factor clave para la conservación del patrimonio cultural búlgaro”.

Tal tipo de instituciones son las escuelas búlgaras en el extranjero, las comunidades religiosas y los centros culturales que concentran en sí diferentes actividades relacionadas con la conservación de las tradiciones.

“Muchas veces, sin excluir la cooperación con el Estado búlgaro, la creación de estas instituciones es resultado de una iniciativa propia y de la necesidad interna de mantener una red de compatriotas en el extranjero e institucionalizar las actividades de modo que las prácticas encaminadas a conservar las tradiciones sean sostenibles, a pesar del distinto contexto en el país extranjero”.

A pesar de la variedad de las prácticas relacionadas con el establecimiento y el mantenimiento de la vida de la comunidad en los distintos países, las comunidades búlgaras comparten prácticas relacionadas con el vínculo con Bulgaria, como fechas del calendario festivo y el alto nivel de identificación con la comunidad búlgara en un plan más amplio. Lo demuestra de forma categórica la película "Embajadores de la espiritualidad", que está basada en grabaciones hechas in situ de este estudio de gran escala de las diásporas búlgaras en 4 continentes.