La población de Bulgaria es en la actualidad de seis millones y medio de habitantes, aproximadamente. Los procesos de despoblamiento del país se van ahondando y el sombrío pronóstico de los investigadores apunta  que para el año 2040 la población de Bulgaria se habrá reducido en un 25%. Se espera que dentro de 20 años residan en el territorio del país no más de 5.400.000 habitantes. La tendencia ha sido recogida por expertos que han hecho públicos datos de su estudio de los problemas demográficos en Bulgaria y las disparidades demográficas regionales. Han sido objeto del análisis los datos disponibles antes de desatarse la pandemia mundial de Covid–19 en 2020.

Bulgaria carece de un contingente joven activo de población y, al mismo tiempo, ocupa el penúltimo lugar en esperanza de vida en la Unión Europea (UE), señalan los investigadores en su informe.

”En segundo lugar se sitúa el problema generado por las ilógicas disparidades territoriales económico–sociales. Por esto el sistema empieza a dar vueltas al vacío, hay una falta de equilibrio”, explica Gueorgui Bardarov, de la Universidad de Sofía, uno de los autores del estudio demográfico representativo. Ha agregado que unos 200.000 búlgaros han retornado a la patria durante la pandemia, y el problema es si habrá algo que los retenga en ella cuando aquélla concluya.

”Antes de la pandemia, Bulgaria ocupaba el primer puesto por el índice de mortalidad; no de la Unión Europea, sino del conjunto de Europa, así como uno de los primeros a nivel mundial –señala el analista– . No hay unidad administrativa en la Unión, a nivel regional, donde la tasa de mortalidad supere el 20 por mil, ahí ni siquiera hay un 15 por mil de mortalidad. De manera que Bulgaria se adelanta de forma drástica, en lo negativo, al mundo desarrollado. En este país hay municipios donde la tasa de mortalidad hasta supera el 50 por mil. Las causas de la mortalidad excesiva en Bulgaria residen en el desplome total de la asistencia sanitaria a nivel local, la falta de población joven y activa que contribuya a la animación económica, así como la pobreza, que se va ahondando y no permite la prevención de dolencias curables”.

En ninguna porción del país, ni siquiera a nivel regional y municipal, se puede comprobar un incremento natural positivo de la población ni un porcentaje inferior al 20% del total de la población de las personas de edad superior a los 65 años, señalan los analistas.

“Una tendencia alarmante no es tanto la reducción de la densidad poblacional, sino el hecho de que en unos 20 años la población urbana en este país llegará a representar el 79% del total de habitantes –expresa Nadezhda Ilíeva, de la Academia de Ciencias de Bulgaria– . La desaparición de núcleos poblacionales y la bajada en el número de habitantes acarrean la aparición de los llamados desiertos demográficos: territorios donde la densidad de la población es inferior a diez habitantes por kilómetro cuadrado. No hay que perder de visita que en 2040 estas regiones constituirán un 69% del territorio nacional, tras haber ocupado hasta el año 2016 un 23%. Es alarmante la tendencia al aumento del número de las poblaciones sin población en edad activa, que para 2040 serán casi un 40% de las aldeas búlgaras que, en la práctica, están condenadas a morir”.

Los expertos también procuran encontrar los motivos originarios para estas tendencias negativas. Los descubren en el modelo de la sociedad búlgara, que en vez de basarse en lo logrado para evolucionar, propende a comenzarlo todo desde cero. Es algo que se viene observado desde hace más de un siglo, en los años posteriores a la Liberación (1878) y hasta hoy en día. ”Bulgaria comienza cada vez las reformas desde cero y esto es un problema enorme que repercute en cualquier ámbito de la vida”, resume Gueorgui Bardarov.

No hay que subestimar tampoco el hecho de que Bulgaria se encuentra entre el 10% de los países con condiciones de vida más favorables a nivel mundial. El cambio climático y la sobrepoblación del planeta irán transformando el territorio de Bulgaria en un lugar cada vez más atractivo para vivir.

Versión en español por Mijail Mijailov

Fotos: BGNES