Los precios de los bienes de consumo y los servicios han ido aumentando. Esto ocurre tras el incremento triple de los precios del gas natural en lo que va de año y la subida de los precios de las energías térmica y eléctrica, a mediados del verano. En un plano global, el precio más alto de las fuentes de energía ha afectado más fuertemente a las economías más pobres.

En Bulgaria, país en el que los ingresos son varias veces inferiores a las rentas medias de la UE, ahora van siendo cada vez más nutridos los grupos de la población amenazados de quedarse faltos de dinero para la calefacción en invierno y sin recursos que les garanticen poder satisfacer sus necesidades imprescindibles de comida y asistencia médica.

Los datos recientes de un sondeo de fines de agosto y comienzos de septiembre del Instituto de Estudios Sociales y sindicales, adscrito a la Confederación de Sindicatos independientes, mayor central sindical de Bulgaria, ponen de relieve que el alza más rápida se produce en los precios de los víveres. La harina de trigo se han encarecido un 7,3%. Según expertos la causa reside en el trigo más caro ofertado en los mercados internacionales y la incidencia de éstos en Bulgaria. Además, los panaderos ha subido los precios en septiembre en una media de 5 céntimos de euro, debido a los precios más altos de la energía. El pronóstico apunta a una continuación del encarecimiento.

Los precios de algunas hortalizas como pepinos, tomates y pimientos, empleados por los para elaborar productos encurtidos para el invierno, también son acentuadamente más elevados en comparación con los del año pasado, indica el estudio del Instituto.

“Esto nos mueve a pensar que en los próximos meses los más fuertemente afectados por la inflación serán precisamente los hogares pobres, porque su cesta de consumo la integran víveres básicos e imprescindibles como el pan, los granos, los aceites vegetales, entre otros-dice Violeta Ivanova, experta del Instituto de Estudios Sociales y Sindicales, y agrega: 

El estudio ha arrojado que en regiones como las de Blagoevgrad, Kiustendil, Vidin y Jáskovo, en las que los sueldos son en un 30% inferiores a la media nacional -que es de 763 euros- se registra un alza más importante de los precios de los bienes de consumo básicos, superior a la media nacional. El nivel de vida en esas regiones es bastante más bajo y los precios allá ya se vuelven socialmente inaguantables”.

Hay, al mismo tiempo, municipios más desarrollados en lo económico, en los que el salario medio es superior a la media en el país. Según Violeta Ivanova esta desigualdad en las rentas en las diferentes regiones es alarmante, ya que el ritmo de crecimiento del monto de los sueldos en las regiones más pobres no será capaz de compensar el alza de los precios.

La Confederación de Sindicatos Independientes de Bulgaria augura que a partir del 1 de enero de 2022 se producirán nuevas alzas en los precios de la corriente eléctrica y de la energía térmica, lo cual disparará complementariamente las facturas de la calefacción y la luz, la gente volverá a recortar sus gastos en alimentos básicos y se decantará por los productos más baratos y de peor calidad en los comercios. Además, no podrán separar recursos para la asistencia médica, la educación y la cultura. ”Consideramos que hasta finales del año el costo de la vida habrá crecido en un 5% e incluso más”, dice Violeta Ivanova y añade:

“Esto significa que en un núcleo familiar de tres miembros, dos de ellos trabajando y un hijo, cada uno de los padres deberá percibir un sueldo del orden de casi 510 euros. La Confederación de Sindicatos Independientes insiste en su posición de que a partir del 1 de enero de 2022, el Salario Mínimo Interprofesional (SMI) debe aumentar en un 17,5% para llegar a ser del orden de 380 euros, frente a su monto actual, de 325 euros.

Versión en español por Mijail Mijailov