Visten pieles animales que pesan unos 40 kilos, están ataviados con cuernos y todo tipo de ornamentos que penden de las pieles. A veces se esconden detrás de temibles máscaras, otras veces muestran sus caras en las cuales se ven las huellas dejadas por el sol y los vientos. Todos ellos han sido fotografiados en su día a día, en su entorno natural en medio de la naturaleza, en lo alto de la montaña. Son las personas que guardan las tradiciones de los juegos de mascaradas: los protagonistas de Ivo Danchev. “En los últimos tres años estoy cautivado por el tema de las máscaras y de los kúker”, dice el fotógrafo que no deja de recorrer Bulgaria en busca de personajes de gran colorido para los fines de su proyecto Paziteli (Guardianes).
“Siempre me han impresionado muchísimo los cuentos de hadas, las leyendas y los mitos. Desde mi infancia los libros sobre estos temas han sido mis favoritos. Por esto trato de recrear la sensación de cuentos de hadas y presentar a mis protagonistas como seres de un cuento de hadas que habitan un mundo místico. Kúker y survakar escondidos detrás de máscaras y trajes aparecen ante nosotros y se convierten en mediadores entre nuestro mundo y el de los espíritus para traer bienestar a las personas”, cuenta el fotógrafo Ivo Danchev.
En enero de 2021 algunas fotos de sus extraordinarios kúker embellecieron las páginas de National Geographic ampliando en el artículo Entre dos mundos, dedicado a los juegos de mascarada en Bulgaria. Ahora Ivo ha vuelto la mirada hacia el lazo entre los kúker y la ganadería. ¡Resulta que este lazo es muy antiguo y fuerte!
Una gran parte de los participantes en los juegos de mascaradas siguen criando animales hasta hoy en día y elaboran sus trajes de sus pieles. La longitud de los pelos del macho cabrío puede alcanzar un metro y el precio de un traje de primera calidad alcanza los 10.000 euros, señala Ivo Danchev. Mientras buscaba protagonistas para su proyecto Ivo conoció a Radi e Ivana. El padre y su pequeña hija continúan la tradición de los chaúsh, como se suelen denominar los kúker en la región de Razlog, en el sudoeste de Bulgaria. Ivana tenía cuatro años de edad cuando su padre la vistió de pieles y así se convirtió en chaúsh.
Desde entonces la muchacha no se ha perdido ni una sola participación en juegos de mascaradas y su sueño es que algún día llegue a convertirse en el primer chaúsh de su grupo. En un gélido día de invierno Ivo Danchev visitó su granja, acurrucada entre las cumbres nevadas de Rila y Pirin. “La idea de las fotografías era ilustrar el vínculo entre las generaciones y la manera de transmitir las costumbres, el camino por el cual éstas han llegado a la actualidad desde tiempos inmemorables”, explica Ivo y agrega.
“El lazo entre Radi e Ivana es muy fuerte. Este amor entre un padre y su hija es muy bello. El lugar que habitan y ellos mismos transmiten una energía que poseen únicamente los guardianes de las tradiciones. Ellos no son los únicos. Hay un enorme número de padres e hijos que conservan todavía esta tradición y esto es increíble. En esta historia hay otro protagonista interesante, su macho cabrío, el animal típico cuya piel se usa para elaborar los trajes. El animal se encontraba en su forma ideal para convertirse en parte del traje. Sin embargo, Ivana se había encariñado con el animal y le había prohibido a su padre a sacrificarlo. Así que el animal tuvo buena suerte e incluso participó en nuestra sesión fotográfica”, cuenta Ivo.
La temporada de toma de fotos de Ivo Danchev coincide con los festivales de los kúker por todo el país que comienzan el 1 de enero y terminan hacia mediados de marzo. Precisamente durante las marchas de los kúker, tan variopintas y bulliciosas, el fotógrafo elige a los personajes para su proyecto Guardianes. El primer día del nuevo año 2022 el fotógrafo estará en el carnaval Starchevata, en Razlog, para fotografiar a los chaúsh. Parte de las fotografías serán recogidas en el álbum que prepara y con el cual desea difundir los juegos de mascaradas búlgaros por el mundo entero.
Versión en español por Hristina Táseva
Fotos: Ivo Danchev
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