El 9 de junio la aclamada cantante folclórica Stoímenka Nedyálkova celebra su 50 cumpleaños. Siendo una de las representantes emblemáticas del canto de la región de Pazardzhik, Stoímenka ha suscitado la admiración del público en Bulgaria y en el extranjero. 

A principios de este año Stoímenka fue condecorada con el premio de la Asociación de Música y Bailes de la región de Pazardhkik, con director Atanás Cholakov. La distinción es un reconocimiento de su entrega a la canción y las tradiciones típicas de la región de Pazardzhik.

Nació en el seno de una familia de instrumentistas y cantantes. Cuando era estudiante Tima, como suele llamarla todo el mundo, tuvo un gran número de actuaciones, incluso un dúo con su hermana, que fueron premiadas con medallas de oro en las reuniones folclóricas en la ciudad de Koprivshitsa.

Su extraordinario don para el canto y el interés por la música folclórica la llevaron a la Escuela Nacional de Artes Folclóricas en Shiroka Laka. Se graduó con gran éxito por la Academia de Música y Danzas Prof. Asen Diamandíev, de Plovdiv, en la especialidad de dirección y arte interpretativo.

La aclamada cantante contó algunos recuerdos de su infancia y su trayectoria profesional para Radio Bulgaria.

“Nací en una familia en la cual el folclore estaba puesto en un pedestal. Mi abuela Stoímena cantaba muy bien. Cuando estaba triste cantaba para olvidar el dolor. Mi madre es una de las renombradas cantantes en Pazardzhik. Transmitió su amor por la música folclórica también a mi hermana Yanka Atmadzhova (solista del conjunto de canciones y bailes folclóricos de Pazardzhik). Mi abuelo paterno era un excelente clarinetista. Es de la aldea de Chúrkovo, en el monte Ródope. Allí pasábamos los veranos y corríamos por los senderos y los prados. Recuerdo cómo mi abuelo se ataviaba y se encaminaba a Plovdiv para tocar durante las bodas”.

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En el periodo de 1995-2013 cantó en el coro femenino "Voces búlgaras- Los Ángeles". Recuerda la emoción del público extranjero durante las giras del coro. Compartió escenario incluso con Bobi McFerrin.

“En estos momentos doy clases a 22 alumnos. He sido profesora de alumnos de 17 promociones. Soy la primera profesora de canto folclórico en la escuela 144 de Sofía. Los menores son ávidos de adquirir nuevos conocimientos y canciones y mi misión es respaldar el desarrollo y la difusión del canto folclórico búlgaro. Ellos transmitirán este amor a sus hijos y alumnos y así la canción folclórica perdurará en el tiempo.

Los búlgaros deben sentirse orgullosos de su patrimonio folclórico y transmitirlo con dignidad a sus hijos y nietos. La música folclórica búlgara es lo que nos distingue del resto de las naciones en Europa y el resto del mundo”.