Antes del comienzo de las guerras por la unificación nacional (1912 - 1918), los funcionarios municipales de la capital búlgara decidieron inmortalizar los acontecimientos significativos de la ciudad a través de un libro de crónicas. Fue denominado "El Libro de Oro de Sofía" y hoy en día es una de las muestras más valiosas del Museo de Sofía. El libro contiene más de 50 páginas, decoradas con una hojuela de oro en los bordes, señala para Radio Bulgaria la historiadora Teodora Meshekova y explica:
"Tiene una interesante encuadernación de cuero en forma de tapa. Encima tiene elementos geométricos vegetales. En el centro está el escudo de la capital en su variante original, creada por Haralampi Tachev. Se guarda en una caja tallada. En la página inicial está el mensaje del zar Fernando, escrito de forma muy bella, de su puño y letra. En estas líneas formula sus buenos votos a la capital búlgara. La llama "la sabia Sofía" y menciona sus bellezas naturales. En el reverso de esta primera hoja, está puesto el nombre Eleonora, con letras muy pequeñas y muy modestamente. Sin duda se trataba de su segunda esposa, la reina Eleonora, conocida por su proverbial modestia. La siguiente hoja del libro contiene el mensaje del 32º gobierno búlgaro, encabezado por Iván Evstatiev Geshov. El libro continúa con mensajes, deseos y saludos en varios idiomas de representantes de diversas delegaciones que visitaron Bulgaria a nivel nacional o eran invitados del Ayuntamiento de Sofía. Están en casi todas, por no decir en todas de las lenguas europeas. Hay un mensaje en jeroglíficos, en escritura árabe".
En el libro se mencionan acontecimientos de importancia nacional y metropolitana. El alcalde más famoso de la ciudad, el ingeniero Iván Ivanov, decidió que valía la pena anotar que 1937 invitó al zar Boris III y al príncipe Cirilo para conocer el borrador del plan urbanístico de “Musman”. A causa de la guerra, el plan fue congelado, pero predeterminó el desarrollo de Sofía incluso durante los años del socialismo. Figura asimismo solemne reunión municipal con motivo del Acuerdo de Craiova de 1940, cuando Bulgaria recuperó de manera pacífica el sur de Dobrudzha.
"Los vínculos entre Alemania y Bulgaria quedaron patentes por la información sobre una exposición benéfica en vísperas del nuevo año 1941. Lo curioso es que fue organizada por la así llamada Cámara de Comercio Alemano-Búlgara y en el libro se menciona que todo lo recaudado con las entradas de esta exposición se destinaría a la población necesitada de Sofía como ayuda invernal. Es interesante también la firma y el nombre del famoso comerciante Stefan Chaprashnikov, que fue presidente de esta cámara por parte búlgara".
Durante la Segunda Guerra Mundial el libro apenas se rellenaba.
"En 1945 fue reanudada la tradición de rellenar el libro de crónicas", continúa Teodora Meshekova. Los mensajes y las firmas proceden en su mayoría de representantes de la Unión Soviética y de delegaciones de los antiguos países socialistas. Tal vez entre las personalidades más interesantes que visitaron Sofía y dejaron su mensaje en el libro se encentraran los pilotos cosmonautas soviéticos Valentina Tereshkova y Alexei Leonov. Lo interesante es que, además de los deseos y las firmas, Leonov pintó la paloma de la paz con la así llamada corona de albañilería, que está presente en el escudo de Sofía".
"El Libro de Oro" termina en 1972, abarcando los acontecimientos de dos épocas diferentes: el Tercer Reino Búlgaro y el Comunismo. De este curioso libro aprendemos que Sofía, incluso durante la Guerra Fría, aspiraba a ser una ciudad abierta y acogía a huéspedes tanto de Occidente como del llamado Tercer Mundo. La investigadora del libro, Teodora Meshekova, espera que sean descifrados todos los mensajes en las distintas lenguas: "He pensado en la posibilidad de imprimir el libro en fototipia, pero hay tantas lenguas que una buena traducción con el comentario adecuado sería una iniciativa complicada y muy cara". Por eso la crónica de Sofía en la era moderna sigue esperando a sus traductores. Actualmente, los visitantes de la capital búlgara siguen formulando sus votos en un libro nuevo: sus páginas están decoradas con filigrana de plata y por eso se llama "El Libro de Plata" de Sofía.
Versión al español por Borislav Todorov
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