Levski, el Apóstol, el diácono Ignacio… Esta es solo una parte de los nombres que utilizaba Vasil Ivanov Kúnchev (18.07.1837 - 18.02.1873), el héroe nacional que se convirtió en símbolo de la lucha por la independencia y la libertad de los búlgaros. Es conocido asimismo como el Maestro, pero son pocas las personas que saben que fue apodado así por haber trabajado como profesor en la aldea de Voynyágovo, próxima a su ciudad natal, Karlovo.
“Levski trabajaba como profesor aquí y las personas de la aldea lo llamaban el Maestro para expresar su cariño y reconocimiento”, cuenta Tsonka Danyanova, secretaria de la Casa de Cultura local Vasil Levski 1900. No es casual que Levski eligiera Voynyágovo. Cuando era niño venía aquí porque su tío era propietario de una tienda en la aldea y él solía visitarlo. Cuando otro tío suyo, que era hierodiácono, supo que buscaban un profesor, propuso a Vasil a ocupar el cargo”.
El joven Levski trabajó en la escuela durante casi dos años, desde mayo de 1864 hasta finales de marzo de 1866. Sus 19 alumnos, de los cuales el menor tenía 6 años y el mayor 26, aprendieron de él no solo a leer y escribir, sino a amar a la patria, a la libertad y a ser tolerantes.
“Levski hizo un experimento colocando en una jaula un perro, un gato y un cordero. Al principio los animales comenzaron a pelear pero después comenzaron a vivir juntos. De esta manera Levski mostró a sus alumnos que todos los pueblos, independientemente de su fe e idioma, pueden vivir en paz. Nunca castigaba o reñía a sus alumnos, sino que lograba enseñarles pacíficamente todo lo que quería”, prosigue Tsonka Damyaniva.
El Maestro colocó dos paneles en el aula. En el “panel del honor”, de color blanco, anotaba los nombres de los niños que eran obedientes y que tenían buenas notas, en el negro, “el del reproche”, estaban los nombres de los niños que no se portaban bien. Les decía que si ve que el nombre de alguno de sus alumnos figura dos veces en el panel de reproche, éste ya no sería alumno suyo. Ninguno de los nombres de sus alumnos fue escrito allí dos veces.
En la aldea de Voynyágovo sigue viva la historia del amor que sentía el futuro Apóstol de la Libertad por Yova. Esta moza de 16 años era una de las más bellas de la aldea. Cuando Vasil Levski abandonó Voynyágovo, perseguido por los turcos, dijo a su prometida: “Cuando llegue la libertad regresaré y haré de ti una profesora”.
Yova lo esperó tres años, pero sus padres la obligaron a casarse. Cuando Levski lo supo, encontró a su amada, le regaló un collar de perlas y le dijo: “Perdona, Yova, la libertad se demoró en llegar”.
Yova enviudó muy joven. Tuvo un hijo y soñaba que estudiara para profesor. Murió el 19 de febrero de 1937 y solo dos años después murió también su hijo.
“Al principio no se sabía de este amor porque las ancianas de Voynyágovtsi prestaron juramento y para ellas era algo sagrado guardar en pleno secreto todo lo relacionado con la vida de su Maestro”, precisa Tsonka Damyanova. Cuando pasaron 100 años, decidieron que tenían que contar lo sucedido para que pudiera permanecer para las generaciones venideras.
Cuando a Voynyágovtsi llegó la triste noticia de que su Maestro había sido ahorcado, durante toda una semana el son de la campana de la iglesia indicaba que la aldea estaba de luto. Yova se vistió de luto y lo llevó durante largos años y el resto de las mujeres se pusieron pañuelos negros. Y siguen llevándolos hasta hoy en día…
La única escuela de Bulgaria en la cual Levski impartió clases fue restaurada en 1957 y fue transformada en un museo. Un edifico nuevo construido en el lugar acoge la Casa de Cultura y la colección museística que cuenta la historia de la aldea. Lo que se conserva del Maestro es su bolígrafo y los libros que utilizaba durante sus clases. Allí está su figura de cera que fue regalada por el pintor Dimitar Bakardzhiev con motivo del 180º aniversario del natalicio del Apóstol de la Libertad.
“Voynyágovo guarda muy bellos recuerdos sobre Levski, continúa Tsonka Damyanova. El 6 de mayo, día de san Jorge, organizamos una reconstrucción histórica para homenajear el aniversario de su designación como profesor. Le rendimos homenaje y tratamos de transmitir su legado y el amor que sentimos por él y por la patria a las generaciones venideras”.
El recuerdo de Levski sigue vivo en Voynyágovo gracias también a sus canciones favoritas. Una de éstas es Nedko li, Nede, que ejecutan los miembros del grupo folclórico infantil de la Casa de Cultura Vasil Levski 1900 en la aldea de Voynyágovo.
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