La preclara fiesta de la Anunciación a la Virgen María que cada año celebramos el 25 de marzo es una de las fiestas primaverales favoritas de todo el mundo cristiano. Mediante la Virgen María, elegida por haber sido la más pura entre las vírgenes, la maternidad fue bendecida por Dios y de esta manera fue destacado el papel de la madre como símbolo las buenas nuevas, las buenas obras y del nuevo inicio espiritual que restablece el lazo con Dios. Precisamente este lazo conservó al pueblo búlgaro a través de los cinco siglos del yugo otomano y les dio fuerzas para defender su fe y construir templos. Uno de estos testimonios del amor por Dios es la iglesia renacentista San Nicolás, de la aldea de Dolen, que fue construida piedra tras piedra, por la noche, para no provocar la ira de los invasores. A causa de sus auténticos murales el templo fue declarado monumento de la cultura. Es el más antiguo en la región del monte Pirin pero lamentablemente estaba abandonado durante decenios. 

Por una feliz casualidad o porque Dios quiso así, durante un recorrido internacional en Pirin hace cuatro años, la descuidada iglesia atrajo atención de los voluntarios de la Asociación Creación 2012, con directora Zhana Ivanova, que es famosa por sus campañas Centavos amarillos, en apoyo a hospitales infantiles y centros sanitarios. Con las primeras donaciones del grupo multinacional fue realizado un proyecto de restauración y en vísperas de la Anunciación trascendió que el restablecimiento de los murales comenzará este año.

En la acción benéfica participó la cappella Gueorgui Robev, con directora Neli Trosheva, que abrazó la idea con gran alegría:

“No hay nada mejor que restablecer mediante esta iniciativa un templo renacentista que es tan bello y lamentablemente descuidado. Cuando propuse a los coristas a cantar gratuitamente para la iglesia en la aldea de Dolen resultó que ellos sabían de ella y aceptaron a participar en la iniciativa con gran placer”.  

Entre los donantes en la campaña está el joven arquitecto Ivaylo Lambev para quien la única manera de frenar la destrucción es la espiritualidad que todos llevamos, pero no le prestamos atención: 

“Lo que comparten una gran parte de los búlgaros es precisamente la necesidad de estar aunados entorno a una idea y un sentimiento de pertenencia, que son los valores comunes. Cuando uno se atiene a valores y virtudes que son claros desde hace miles de años muchos de los problemas se resolverán. Como mínimo uno no vivirá solamente por sí mismo, sino por los demás. Tal vez en vísperas de Anunciación ha llegado el momento para el cambio, cuando debemos restablecer los valores que conforman la espiritualidad. Sembrar la semilla de la espiritualidad que es nuestra salvación”.

“Cuando te desvelas por todo lo búlgaro puedes estar en cualquier parte del mundo, dedicarse a lo que sea y trabajar a favor de tus raíces y de Bulgaria”, señala el cantante de ópera Hari Draganov, descendiente de la familia renacentista Bogoridi. El bajo-barítono lleva 24 años como solista de la Ópera de Ginebra y difunde la fama de Bulgaria por el mundo. 

“Por muy poco que hagamos por la espiritualidad de Bulgaria, en realidad esto es muy importante porque a mi juicio, en el mundo moderno perdemos la espiritualidad búlgara. Todo mi trabajo profesional y los proyectos que realizo están orientados al desarrollo de la espiritualidad en Bulgaria. Por esto tales iniciativas son bienvenidas para mí”. 

Para Bilyana Hristova, una empresaria y voluntaria que trabaja en la iniciativa de la Asociación Creación 2012, ser parte de su equipo es una cuestión de elección personal y un camino personal que le sugirió el corazón:

“Durante el recorrido internacional, cuando visitamos el templo, sentí que se trata de una causa que deseo respaldar porque es importante no solo para mí, sino para las generaciones vendieras. Allí hay memoria, espiritualidad, cultura y todo lo que el búlgaro lleva en su fuero interno y que a veces olvida. Es nuestro deber conservar estas reliquias sagradas que quedarán después de nosotros para que las generaciones venideras puedan seguir construyendo y para que Bulgaria tenga futuro”.