A mediados del siglo IX el Estado búlgaro abarcaba una gran parte de la Península Balcánica donde todavía reinaba el paganismo. El destino deparó al príncipe Boris I la tarea de asociar al Estado Búlgaro al cristianismo, que se había impuesto en Europa. Así en 864 Boris I ordenó que se adoptara la nueva religión. Para que las misas religiosas pudieran ser comprensibles para los creyentes, apareció la necesidad no solo de predicar en un idioma accesible, sino de traducir los libros cristianos del griego.
En 855 Constantino Cirilo el Filósofo, nacido en Salónica, se ocupó de la creación del alfabeto eslavo, denominado glagolítico, para poder traducir en éste los libros litúrgicos. Según los científicos, el sistema gráfico fue terminado en 863 y por esto hoy celebramos su 1160 aniversario.
“A diferencia de las religiones paganas, donde lo principal es el rito, en este caso la propia religión debía poseer un testimonio escrito y esta era la causa de la creación del glagolítico”, dice la Prof. Slavia Barlieva, del Centro de Estudios de la obra de los santos hermanos Cirilo y Metodio, adjunto a la Academia de Ciencias de Bulgaria. Debemos decir que el alfabeto fue destinado a los eslavos búlgaros que vivían en proximidad a Ojrid y que corresponde al sistema de sonidos de los dialectos búlgaros orientales”.
El glagolítico fue ideado un alfabeto sagrado y por esto sus letras constan de tres principales símbolos cristianos. La primera letra es un símbolo de la cruz en que fue crucificado Jesucristo. En ésta están presentes también el círculo, que simboliza la eternidad y el triángulo que personifica la Santísima Trinidad.
A finales del siglo IX en la Escuela de Letras de Preslav fue creado el segundo alfabeto búlgaro denominado cirílico, a nombre Constantino Cirilo el Filósofo. Éste surgió sobre la base del glagolítico y cada una de sus letras corresponde a un sonido.
“Estos son los dos alfabetos búlgaros que hacia el siglo IX existían paralelamente, continúa diciendo la Prof. Slavia Barlieva. Después, el glagolítico que se utilizaba inicialmente, comenzó a ceder y su lugar fue ocupado por el cirílico. Inicialmente el glagolítico fue utilizado sobre todo como una escritura solemne y finalmente se utilizaba como una criptografía. Así, poco a poco, fue cediendo su ligar al cirílico que era el alfabeto más fácil de percibir y utilizar”.
La Prof. Barlieva informa de un curioso hallazgo de los últimos días que confirma que el glagolítico fue utilizado como un código criptográfico. En un fragmento de un texto litúrgico escrito en cirílico en el siglo XII, la mano de una persona desconocida escribió en glagolítico: “No lo has hecho bien”. Así el lector valoró el trabajo negligente del copiador del texto en cirílico.
El origen del tercer sistema de escritura en Europa se utiliza para juegos políticos en los últimos años y Bulgaria no logra defender de manera categórica su derecho histórico sobre él. La Prof. Slavia Barlieva aduce pruebas indiscutibles sobre los albores del glagolítico y el cirílico: la más antigua inscripción en cirílico del mundo que fue encontrada en Bulgaria, así como las inscripciones en las tierras al otro lado del Danubio que antes pertenecieron a Bulgaria.
La Prof. Slavia Barleva destaca que el alfabeto búlgaro es una riqueza que no valoramos y que no conservamos debidamente.
El papel actual de los científicos es encontrar nuevas pruebas y fuentes sobre la importancia de la obra de los santos hermanos Cirilo y Metodio y de la participación de Bulgaria en su conservación. “Además, estamos trabajando para difundir nuestros descubrimientos científicos y esperamos incrementar un poco más el conocimiento del amplio auditorio y la concienciación sobre la riqueza espiritual que poseemos”, termina diciendo la Prof.. Slavia Barlieva.
Fotos: BGNES, archivo, ibl.bas.bg
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