El pueblo banatense de Asenovo, cerca de la ciudad danubiana de Nikopol, se ha consolidado como un destino culinario gracias a María Ivanova, secretaria del centro comunitario local e incansable promotora de diversas actividades para preservar la cultura del Banato. Ella es la organizadora del festival "Delicias del Banato: las tradiciones de mi pueblo", que reúne a cocineros de toda Bulgaria cada año. Sus platos, preparados según las antiguas tradiciones del Banato, ganan regularmente premios en diversos certámenes tanto en el país como en el extranjero.

Atraídos por la fama de la cocina local, los turistas, en su mayoría extranjeros guiados por agencias de viajes metropolitanas, visitan cada vez más Asenovo. María los recibe como corresponde y se asegura de introducir a sus huéspedes en la cultura y la historia de sus antepasados.

"Nuestros búlgaros del Banato regresaron a Asenovo después de vivir más de 200 años dentro de las fronteras del Imperio Austrohúngaro, huyendo en 1688 de la sublevación de Chiprovo", explica María. "Sin embargo, su vida en la parte europea hizo que su cocina y sus costumbres fueran diferentes. La comida, la pasta y la carne ahumada son algo único en Asenovo y nos distinguen de la cocina búlgara. Por ejemplo, aquí elaboramos un pan de Pascua colorido que se hace con masa blanca y roja. Las abuelas solían decir que el rojo simboliza la sangre de Jesús y el blanco representa su cuerpo, que se entrega en ese día. Esta tradición se ha mantenido entre nosotros", agrega María.

"En el patio de su casa en Asenovo, María ha instalado una larga mesa y la ha hecho abundar con todo tipo de delicias que ha preparado. Los turistas llegan y se acomodan para disfrutar del ambiente y conversar. María, como anfitriona, es una fuente inagotable de recetas e historias interesantes:

"Recibimos a grupos de Inglaterra, Estados Unidos, Australia, Rumanía, Hungría, Grecia... Y, por supuesto, la comida que les ofrecemos es completamente tradicional", dice María Ivanova. "A muchos de ellos les impresionan los galushki. Están hechos con huevo, sal, se cocinan en caldo salado hirviendo, se cuelan, se sazonan con pimienta roja, se sofríeny se sirven aún calientes. Sin embargo, los preparamos junto con los invitados. También cocinamos el tradicional pan Salankareva con los turistas. Lo llamamos así porque se elabora con sosa amoniacal. Se puede hacer con diferentes frutas, como manzana rallada, membrillo o mermelada de ciruela, entre otros. Luego, los invitados quedan encantados de disfrutarlo como postre al final de la comida".

Sabrosas y fáciles de preparar son las llamadas tresky. La masa se hace con un huevo, una taza de agua, un poco de sal y vinagre. Según nos enseña María, se deben agregar dos cucharadas de rakia (aguardiente), ya que esto evita que el aceite empape la masa. Las patatas, la carne de cerdo, la manteca de cerdo, los pimientos y el pimiento rojo son ingredientes muy apreciados en la cocina del Banato.

Un plato muy popular es el llamado dripavi pershore, que consiste en col picada condimentada con carne ahumada, tocino y un poco de arroz para absorber el agua de la col mientras hierve. También se añade pimentón. Entre las delicias culinarias destacadas del Banato se encuentra el embutido ahumado, un tipo de salchicha de cerdo con una mezcla especial de especias.

En casa de Maria, los turistas también conocen los trajes típicos del Banato e incluso pueden ponérselos para hacerse un selfie. Son característicos de la vestimenta femenina de Asenovo los adornos y los grandes pañuelos con los que las mujeres se envuelven de forma especial. Por último, los visitantes de Asenovo no deben perderse una parada en la iglesia católica "Santísima Trinidad", que conserva una copia del icono milagroso de la Santísima Virgen de Chiprovtsi, y que el año que viene celebrará su centenario.

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Versión al español de Borislav Todorov

Fotos: Veneta Nikolova