El bordado tradicional búlgaro ha sido una inspiración durante siglos. La variedad de sus elementos es una expresión de la profundidad espiritual y los talentos artísticos de la mujer búlgara, y simboliza la incesante búsqueda de lo bello. Desde hace ya cinco años, Maria Guérgova lleva invirtiendo inspiración, talento y energía positiva con el propósito de llevar el bordado a nuestra vida moderna mediante la representación de sus motivos en objetos de vidrio y de cristal. Y parece que lo está consiguiendo, a la vez que alegra la vista a muchos con sus piezas únicas.

Lo primero que la motivó a desarrollar esta actividad, fue la obra de otra talentosa bordadora búlgara que elabora bordados sobre puños de punto. Esto hizo que María se planteara la gran pregunta: ¿cómo hacer que los elementos del bordado estén presentes constantemente en nuestra vida cotidiana? Se compró libros con motivos de bordado auténticos, pasó a ser miembro de varios grupos especializados en Facebook y, poco a poco, enriquecía los elementos que iba recreando sobre vidrio:

"Cuanto menos populares son los motivos, más ganas tengo de recrearlos - porque son diferentes y más coloridos. Y eso es algo que me llena de satisfacción, una vez los veo terminados sobre el cristal. Hoy en día los famosos bordados están en todas partes: se pueden ver recreados en gran variedad de lugares, no sólo en las prendas de vestir. Y para mi es muy importante que lo que hago perdure en el tiempo - por eso los motivos más raros son los más valiosos para mí", dice María, cuya afición se ha convertido en su profesión. Ella crea por sí sola esta laboriosa técnica de pintar sobre vidrio:

“Se me ocurrió que usar una técnica de pintura a base de puntos podría crear ese efecto realista, que se asemejara a los volúmenes de un bordado. No lo tomé prestado de ningún lado, puedo decir tranquilamente que esto ha sido un invento propio. La elaboración de un vaso consta de 13 etapas: empezando por concretar las tonalidades sobre el vidrio, y terminando con el acabado de los encajes, que son mi debilidad dentro de todo el proceso”.

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"Es un trabajo minucioso. Por ejemplo, decorar una cristalería completa de vino puede llevar más de un mes. Pero es una enorme satisfacción, sobre todo cuando consigues plasmar sobre el cristal un antiguo patrón de bordado que ha sido transmitido de generación en generación en algún clan búlgaro".

“Cuando comencé, hace 5 años, me impresionaron muchísimo los bordados de la región de Ruse (ciudad búlgara del norte de Bulgaria). Ahora estoy recreando muchos motivos de las ciudades de Sofía, Yámbol, Élhovo, así como motivos de Dóbrudzha y Sámokov. Pero los bordados de Ruse siguen siendo muy especiales para mi. También me ha ocurrido el tener que recrear motivos de bordados que fueron guardados en una familia durante muchos años. Una vez elaboré uno para una boda - ese había pasado de la abuela a la nieta, fue conmovedor para mi”, nos cuenta la artista. Y, las personas que han confiado una vez en su talento, siempre vuelven para encargarle una nueva creación, para alguna otra ocasión especial. Esto es lo que motiva a María a trabajar de corazón, como lo hace:

“La propia energía que se contiene en los bordados, me recarga a mi misma. Ya van 5 años y sigo sintiendo su fuerza, es una carga de energía maravillosa. Me llena el alma ver que lo que hago se valora y que se queda para la posteridad”.

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