Según las leyendas populares, el origen de las plantas medicinales se asocia a la batalla eterna entre el Bien y el Mal, entre Dios y el Diablo. Narra una leyenda que cuando Dios hizo al Hombre de barro, lo dejó al sol para que se secara y decidió descansar un rato. Como estaba bastante cansado, se durmió. En eso llegó el diablo e hizo en la creación de Dios varios agujeros hundiendo un dedo en el cuerpo. Según algunas variantes de la leyenda se valió de un punzón. Para subsanar el daño Dios recogió hierbas y las usó para tupir con ellas cada agujero. Hecho esto, bendijo las hierbas que se convirtieron en plantas curativas. Sólo omitió colmar un agujero por el que las enfermedades se fueron colando en el organismo humano y fueron provocándole daños. Siempre según las creencias populares la fuerza curativa de las hierbas medicinales es más vigorosa el día 24 de junio, en Eniovden. Es la festividad de San Juan Recogedor de plantas curativas, llamado asimismo Juan Veraniego, Yanovden, etc. El 24 de junio la iglesia cristiana ortodoxa de Bulgaria celebra la natividad de San Juan Bautista. Persiste hasta hoy en día la tradición de recoger plantas medicinales muy de madrigada antes de la salida del Sol. Antaño este rito iba acompañado por canciones especiales entonadas por quienes recogían las hierbas medicinales. El protagonista de todos estos temas musicales suele ser Enio o Yanio quien “en su carreta va a por plantas curativas”.
Al filo de la medianoche, en la víspera de Eniovden el cielo se abre, las estrellas bajas a la Tierra y van fascinando a las hierbas y flores atribuyéndoles una fuerza curativa. Según otra creencia la que se abre es la Tierra, y los espíritus demoníacos, guardianes de tesoros sepultados comienzan a destellar. La noche es especialmente apropiada para toda clase de magias y conjuros. Esto lo sabían hasta las mozas que no estaban instruidas para practicar magias pero que sí soñaban con ganarse los corazones de sus prometidos. Como la joven que se va a recoger hierbas medicinales en Eniovden.
Las melodías de estas canciones rituales frecuentemente son parecidas y presentan un pequeño volumen tonal, indicio de su origen antiguo. La letra alude a las chicas y las novias que participan en la recolección de las plantas y también a los amos de las casas que las mozas suelen recorrer durante la festividad. En algunas regiones de Bulgaria existe la costumbre de la moza “Novia de Enio”.Las chicas engalanaban a una chiquilla de 3 o 4 años de edad con ropa nupcial. Durante todo el día llevaban a la niña en brazos para que ésta no tocara el suelo, o sea, para que no se hiciera daño a su pulcritud ni al contacto con las fuerzas celestiales. Con la chiquilla en brazos recorrían el campo, las fuentes de agua, la aldea toda. El rito está llamado a asegurar fertilidad y también buen casamiento para las jóvenes que lo practican.
El rito culmina en la casa en la que la noche anterior se había dejado un balde lleno de “agua silenciosa”. En vísperas de la festividad se mojaban en el agua del balde los ramilletes de las mozas en los que se sujetaban sortijas u otros distintivos. Al final del recorrido ritual se hacían augurios prenupciales. La chiquilla llamada “Novia de Enio” iba sacando del agua los ramilletes y las jóvenes entonaban distintas cantilenas en las que se cantaba de pastores de ovejas, artesanos, maestros de escuela, mercaderes etc. Así trataban de fijar la ocupación que tendría el futuro esposo de cada una de ellas.
En Eniovden termina el trayecto que recorre el Sol desde el invierno hasta el verano. Ahora ya va a emprender el camino de regreso, del verano al invierno. Pero antes de iniciar el retorno, el Astro Rey se baña en ríos y lagos y se sienta a descansar.Es por esto que también el agua en Eniovden tiene asimismo propiedades mágicas. Hasta hoy en día, en Eniovden numerosas personas se internan en el regazo de la naturaleza, se bañan en ríos y lagos, se revuelcan en las praderas en rocío y recogen plantas medicinales para luego secarlas y guardarlas como remedios durante todo el año.
Canciones folclóricas dedicadas a Eniovden
Versión en español por Mijail Mijailov
Fotos: BGNES