El sagrado Monte Ródope está con el alma abierta a los inquietos buscadores de ruinas, misterios y secretos antiguos. Sin embargo, su generosidad es aparente. A pesar de mostrar el legado de dioses, civilizaciones y tribus, ha cubierto de capas milenarias de silencio el conocimiento disperso y sigue como congelada ante la humanidad por el temor de transmitir a la gente la clave de toda la experiencia del mundo.

Entre los recovecos de la montaña se yergue una roca que oculta un misterioso artefacto. A unos dos metros del suelo, sobre un friso, hay tallados símbolos en una escritura desconocida de una época no especificada. La llamada inscripción de Sitovo, ¿es gótica, celta, tracia, alano-sármata o eslava? ¿Qué mensaje contiene?

La historia de la inscripción de Sitovo se remonta al año 1928, cuando Alexander Peev, entonces secretario de la Sociedad Arqueológica de Plovdiv, fue llamado al pueblo de Sitovo por un hallazgo interesante, y él acudió con un grupo de investigadores, cuenta la culturóloga Nadia Terzíeva, autora de un libro sobre la inscripción. Los signos tallados en la roca son conocidos como la inscripción de Sitovo, aunque todavía se desconoce si se trata de un fenómeno natural o del resultado de una actividad humana. Uno de los primeros investigadores, el profesor Petar Detev, cree que la inscripción está hecha en la escritura prototracia, creada por la población tracia que vivía en estas tierras. Otro destacado investigador, el profesor Iván Venedikov, hizo también una analogía con los tracios y más concretamente con algunas inscripciones frigias.

Pomacos (mohametanos búlgaros) que trabajaban en el bosque, cerca del pueblo de Sitovo, observaron sobre una roca natural algunos símbolos dispuestos en hilera, que probablemente consideraron un signo de tesoros ocultos en las cercanías, escribiría en su diario de la expedición Alexander Peev. Entre los habitantes de la zona existe la creencia, apoyada por los saqueadores, de que en Shtuta Grada, cerca del pueblo, se enterró mucho dinero. Por ello, durante algún tiempo los pomacos no informaron a nadie de su descubrimiento, continúan sus observaciones. El primer investigador lanzó la teoría de que el texto semejaba el alfabeto rúnico que utilizaban los antiguos germanos antes de caer bajo la influencia de Roma. Algunos académicos se remontan incluso a épocas más remotas: a los símbolos escritos del quinto milenio antes de Cristo descubiertos en el pueblo de Gradeshnitsa, al noroeste de Bulgaria, y otros sugieren que la inscripción fue tallada en la Edad Media. Pero, al parecer, prevalece la hipótesis del alfabeto prototracio, lo que pone en duda la teoría de que los tracios no habían tenido alfabeto escrito."

Todos los que estudian la inscripción de Sitovo la relacionan con un lugar al otro lado del río, añade Nadia Terzíeva. Se trata de un macizo rocoso conocido como Shtutgrad, donde se encontraron objetos de cerámica y algunas construcciones. Las ruinas aún no se han podido datar, pero la cerámica es del primer milenio antes de Cristo. En aquella época los habitantes de la región eran los tracios.

Y ya que los científicos aún no han podido descifrar los misteriosos símbolos, se han propagado numerosas teorías entre los amantes de la arqueología y de la conspiración, desde la que dice que los símbolos encierran fórmulas para la apertura de campos de torsión hasta la que asegura que son mensajes antiguos para las generaciones posteriores.

El espíritu creado entre Saturno y la Tierra debe retornar hacia la luz de su estrella, según lo dispuesto por Cronos y Hades, creadores de todo lo vivo, es sólo una de las presuntas traducciones de la inscripción. Se ha ido al Cielo, entre las lamentaciones de sus hijos aquí, en la Tierra, es la traducción que alude al dios Tangra. Sea cual sea el significado que encierran los signos de la piedra rodopiana, la realidad es que los estudiosos modernos han dejado al margen de sus ocupaciones la tarea de descifrarlos, debido a otros hallazgos más interesantes o tal vez para que no se resientan con el hallazgo sus carreras académicas, largamente forjadas, sugiere Dimitar Guerganov, de la Sociedad Arqueológica de Plovdiv.

Versión en español por Marta Ros
Fotos: wikipedia.org, castlehunters.wordpress.com y haiduk-tourist.blogspot.bg