Sofía acoge una conferencia internacional titulada “Los niños y la prensa. Misión: cobertura ética”, organizada por la Asociación de Periodistas Europeos de Bulgaria (AEJ, por sus siglas en búlgaro), en colaboración con UNICEF. El motivo son las terribles estadísticas del Instituto Nacional de Estadística, según las cuales, cuatro de cada 10 niños en Bulgaria viven con serias privaciones materiales y tienen problemas que los periodistas en Bulgaria ignoran o explotan en nombre de una mayor audiencia o visitas a los medios de comunicación a los que pertenecen. La falta de cultura y humanidad hacia la desgracia o la pérdida que experimentan otras personas convierten a los periodistas en intrusos que buscan sensacionalismo donde no lo hay. En su afán de ser los primeros en publicar información de actualidad en el lugar de los hechos, los periodistas a menudo utilizan a niños, haciéndoles preguntas inapropiadas e incluso inadmisibles, insistiendo en recibir respuesta, ya que el tiempo de emisión es caro. Preguntas del tipo “Cómo te sientes” tras la muerte de un familiar, “qué ha pasado” o “qué sentisteis antes del maremoto”, después de una inundación que ha destruido el hogar de muchas personas, ponen de manifiesto que el destino de esas personas y las consecuencias a esas preguntas no significan nada para quien sostiene el micrófono. Esta práctica que convierte a los afectados, heridos o enfermos en víctimas debe cesar cuanto antes, afirman categóricamente los participantes de la conferencia de Sofía. Para ayudar a los periodistas se ha presentado una guía para el tratamiento ético de los niños en los medios de comunicación.

El objetivo de esta guía es ser de utilidad para quienes trabajan en medios de comunicación y resumir por escrito las normas más importantes y las preguntas que nos hacemos todos nosotros, explica Iván Radev, de la AEJ. Somos conscientes de que los periodistas trabajan en un entorno muy dinámico en el que los hechos suceden muy rápido y ellos deben reaccionar también con rapidez. Lo que intentamos alentar es que la presencia de los niños sea más visible y que no aparezcan en el espacio público solo como víctimas, sino también como miembros de pleno derecho de la sociedad que han logrado algo bueno.

Hemos organizado la información de la guía por capítulos, centrados en los niños en general, pero por otro lado también en las instituciones especializadas o con problemas legales. Cada uno de esos grupos tiene sus propias especificaciones y es bueno que los periodistas las conozcan y puedan cumplirlas, que se pongan en el lugar de su interlocutor y que piensen cómo repercutirá su reportaje sobre él y sus familiares.

Iván Radev añade que, además de la guía, la asociación prepara también un curso para periodistas sobre este tema que empezará a principios de mayo.

Dos periodistas de Gran Bretaña y Estados Unidos han sido invitados especiales al foro. Se trata de productores de películas que han llevado a cambios masivos en la legislación sobre los niños al abordar dos temas extremadamente sensibles para la sociedad: los niños en la cárcel y la violencia escolar. Por ejemplo, después del estreno de la película de Connie Fossey sobre la detención de menores por delitos menores en EEUU, el presidente Barack Obama derogó esa práctica inhumana.

Versión en español por Marta Ros