Es admirable ver personas en Bulgaria que iluminan y atraviesan el sistema con sus éxitos. Uno de esos portadores de luz es el Prof. Ivaylo Tarnev, que con sus logros científicos ha cosechado reconocimiento por todo el mundo, y en su país natal comparte el destino común de los científicos, privados de condiciones más elementales y de fondos para crear ciencia.
Descubridor de 13 enfermedades raras hereditarias, el Prof. Ivaylo Tarnev ha ganado el Oscar búlgaro de la Medicina en los “National Medical Awards 2018” a su contribución total. El director de la Clínica de Enfermedades Nerviosas del Hospital Universitario Alexandrovska aceptó el premio como un reconocimiento no solo como médico y científico, sino también por su labor en el campo de la salud pública al que se dedica.
La mayoría de esas 13 enfermedades son neuromusculares y afectan a los nervios y a los músculos periféricos, y otras, a estructuras del sistema nervioso central, explica el Prof. Ivaylo Tarnev. Sin embargo, el camino desde el descubrimiento de la enfermedad hasta encontrar una cura es muy largo. Tras identificar el defecto genético se investiga la fisiología y la función del gen. Después se crea un modelo animal de la enfermedad, y solo entonces empiezan los ensayos clínicos en personas. Aún nos encontramos en la fase de modelos animales y no hemos llegado a curar a ninguno de ellos.
Todas las enfermedades se descubrieron primero entre la población de Bulgaria, entre búlgaros, gitanos y turcos, pero posteriormente se han visto en otras etnias y países. Según el Prof. Ivaylo Tarnev, existen más de 7.000 enfermedades hereditarias.
En el genoma humano hay alrededor de 22.000 genes, y en ellos ocurren mutaciones. Una gran parte de esas mutaciones datan de los albores de la Humanidad y han ido pasando de generación en generación, en todas las etnias y poblaciones. Por ejemplo, un 10 % de la población mundial es portador de un defecto genético que predispone a infartos y apoplejías precoces. Otras mutaciones sucedieron mucho más tarde, y otras muy pronto en familias separadas. A veces los factores ambientales pueden modificar los defectos genéticos, aumentarlos o disminuirlos, pero no son la causa principal de la patogénesis de las enfermedades hereditarias. Los propios defectos genéticos tienen un papel protagonista.
Debido a sus descubrimientos, el Prof. Ivaylo Tarnev goza de un importante prestigio internacional. Ha trabajado con las mayores personalidades de su campo, y lo que le motiva en Bulgaria son los jóvenes científicos que han elegido permanecer en su equipo a pesar de las generosas ofertas de centros europeos.
En los últimos años no hay un buen clima para la ciencia; la ciencia es como un hobby, algo que uno hace en su tiempo libre si hay suficiente interés, cuenta el Prof. Ivaylo Tarnev. En los países europeos hay días en los que te puedes dedicar a la ciencia, hay una financiación social sólida, mientras que en Bulgaria los fondos para la ciencia son mínimos. Contamos con benefactores externos y con apoyo científico externo, porque las subvenciones de la Universidad de Medicina y del Ministerio de Educación y Ciencia son insignificantes. La medicina de siempre mata la creatividad, mata el pensamiento clínico con todas esas limitaciones financieras. Muchas de las cosas que hemos hecho en el pasado serían imposibles hoy. Sin embargo, me alegra haber podido trabajar en una época distinta en la que teníamos libertad para dedicarnos a la ciencia. Ahora vivimos tiempos difíciles, pensamos más en finanzas y menos en descubrimientos científicos. En ese sentido es un auténtico desafío mantener el nivel de la ciencia en Bulgaria.
La jornada laboral del profesor Tarnev empieza y termina a oscuras, ya que ha convertido su trabajo en una causa, y cree que solo con dedicación se puede llegar a la cumbre, incluso más allá de los logros en el campo científico en Bulgaria.
Versión en español por Marta Ros
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