¿Cuál es el precio de la libertad y cuál ha sido el camino que Bulgaria recorrió hasta su liberación del dominio otomano en 1878? La respuesta se encuentra plasmada en los artículos, recopilados de la prensa mundial en defensa de los búlgaros tras el Levantamiento de Abril de 1876. Las atrocidades en el aplastamiento de este alzamiento fueron denunciadas y descritas por decenas de periodistas, escritores, personalidades públicas y científicos en más de 200 periódicos y casi 3 000 escritos. En vísperas del 3 de Marzo, Fiesta Nacional de Bulgaria, una parte de aquellos testimonios gráficos quedan reunidos en la exposición documental “Voces en respaldo a la libertad” montada en el lobby del Ayuntamiento Provincial de la ciudad de Dobrich con la asistencia del Museo Regional de Historia.
El efecto de lo que los búlgaros hicieron durante el Levantamiento de Abril logró conmocionar a Europa, dice Nadezhda Ivanova del citado museo. Su sacrificio movió a las personas de libre espíritu a expresar indignadas que ese sufrido pueblo en los Balcanes no era merecedor de semejante suerte.
Entre las muestras literarias en el museo de Dobrich destacan los testimonios del periodista estadounidense, Januarius MacGahan, tras la masacre de Batak.
Pocas eran las lágrimas en esta tristeza general. Era una tristeza seca, pesada y desesperada. La fuente de las lágrimas se había secado hacía semanas pero la marea del dolor y la miseria era mayor que nunca antes y buscaba encontrar una válvula de escape sin la asistencia de aquéllas. El luctuoso llanto de las mujeres y los niños nos acompañaba en todos los lugares a los que íbamos. Creo que nunca más volveré a escuchar el alarido en que se fundían sus voces ni el llanto que se elevaba hasta el cielo.
Fueron precisamente aquellas cartas-reportajes del enviado especial del rotativo Daily News las que impelieron al estadista británico, William Gladstone, a dirigirse a la amplia opinión pública diciendo: Lo que está ocurriendo en Bulgaria demuestra la necesidad de unos Estados europeos unidos. Debemos poner fin a los imperios asesinos. Debemos acallar a los fanatismos y despotismos. También denunciaron el genocidio al que eran sometidos los búlgaros Garibaldi, Turguéniev, Víctor Hugo y Julio Verne. Alexei Tseretelev, a la sazón diplomático ruso en Turquía, testigo de los acontecimientos y de la posterior desesperación profunda entre los búlgaros resalta: La salvación sólo puede llegar desde fuera. Acaso debemos hablar de que los búlgaros depositan todas sus esperanzas en el zar ruso y en la Rusia ortodoxa.
Al lado de todas estas personalidades se sitúa asimismo el gran Dostoievski, cuya voz se elevó también en defensa de los búlgaros.
Sabemos que a Dostoievski se le calificaba de campana que daba la voz de alarma por cuanto ocurría en Bulgaria, dice Nadezhda Ivanova. Gran número de importantes pensadores se pusieron del lado de los búlgaros. Los ecos llegaron incluso allende el océano y cuando periodistas, agregados militares y representantes de diferentes países llegaron a Bulgaria las heridas del Levantamiento de Abril aún no habían restañado.
Según Nadezhda Ivanova, aquellas llagas son recordadas todavía, ya que se trata de las víctimas más entrañables del pueblo búlgaro en aras de algo tan grande y sublime como era su libertad.
Numerosos estudiosos e historiadores siguen polemizando sobre el tema. Los jóvenes que acuden frecuentemente a nuestro museo hacen la pregunta: ¿Si hoy todos nos tuviéramos que alzar bajo la bandera de una revolución común, cuántos de nosotros sacrificarían lo más valioso que tienen en aras de la libertad? Posiblemente, al montar esta exposición, estemos haciendo un intento por incitar a quienes la visiten a meditar sobre lo que significa su libertad. Es que muy a menudo acogemos la libertad como algo preestablecido pero ésta ha sido conquistada al precio de numerosos sacrificios.
La exposición se mantendrá abierta al público hasta finales del próximo mes de abril cuando Bulgaria conmemorará el 143º aniversario del Levantamiento de Abril de 1876.
Versión en español por Mijail Mijailov
Fotos: dobrich.government.bg
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