El aceite de rosas y el yogur, o como se llama en Bulgaria, leche ácida, son dos símbolos que en el mundo se suelen asociar con este país. Su fragancia y sabor llegan a fascinar a cualquier turista que haya decidido visitar estas tierras. Sus propiedades curativas se volvieron legendarias, e Iliá Méchnikov o Elías o Elie Metchnikoff, Premio Nobel de Medicina, afirmaba que el yogur es probablemente la razón para el gran número de habitantes longevos de Bulgaria.
En la época moderna, el interés por el “elíxir de la longevidad” no ha disminuido y no han faltado intentos por incorporar Lactobacillus Bulgaricus, la bacteria útil para la fermentación del yogur, a otros productos alimenticios. Probablemente el hecho pueda sorprender, pero es cierto que esta bacteria ya se utiliza también en la producción de caramelos.
Guiados por su deseo de experimentar con los sabores, cuatro jóvenes han creado los primeros caramelos proteicos búlgaros que incorporan probiótico, aceite de rosa y polvo de polen de abeja.
”Queríamos que el caramelo tuviera un alto contenido de proteínas y un mínimo de calorías y fue así como se nos ocurrió enriquecerlo con probiótico. Fuimos buscando una cepa probiótica y la encontramos en las instalaciones de uno de los mayores productores de leche de Bulgaria. Además, resolvimos incorporar al caramelo también rosa y miel. En general, todo comenzó por mera casualidad, pero el resultado es muy hermoso y ello nos convence cada vez más del potencial que tiene esta idea”.
La idea no pasó desapercibida y sus autores obtuvieron la financiación indispensable para materializarla. El paso siguiente que darán los jóvenes es intentar colocar su producto también en el extranjero, perfeccionando las recetas y la combinación de sabores.
”Ya estamos negociando con un representante en Alemania, país en el que esperamos podernos instalar el próximo año −dice Zhasmina Guevezíeva, promotora principal del proyecto− . Empezaremos por mercados básicos de Europa en los que tenemos establecidos contactos de proyectos anteriores o simplemente amigos que conocen bien el respectivo entorno”.
Para que un producto búlgaro tenga éxito en el extranjero, deberá satisfacer por completo la demanda y las necesidades de los clientes y, a la vez, ser capaz de resolver determinado problema del consumo. Zhasmina está convencida de que los caramelos proteicos búlgaros tendrán éxito también fuera de Bulgaria, por ajustarse precisamente a las condiciones señaladas.
”El problema que pretendemos resolver es cómo comer algo dulce que sea de máxima utilidad para el alma y para el cuerpo. Nosotros conocemos los consumidores y su mentalidad. Hay grupos bastante nutridos de este tipo de consumidores tanto en Bulgaria como en el extranjero. Los productos búlgaros típicos tienen una ventaja frente a la competencia. Es que la rosa y el probiótico hasta ahora no se habían combinado en un caramelo proteico. Espero que el sabor a vaya a agradar en el extranjero y que, a través de nuestros caramelo, la gente aprenda más sobre Bulgaria”.
Resulta curioso comprobar que un caramelo de apenas escasos gramos sea capaz de saciar tanto.
”Hay dos razones para este efecto. La primera reside en la proteína, que es el macronutriente de capacidad comprobada de saciar el hambre. La segunda estriba en las fibras que se han agregado; no se asimilan y tienen idéntico efecto de dar saciedad”, explica Zhasmina Guevezíeva, y valora las oportunidades ante el emprendimiento en Bulgaria en los siguientes términos: ”Como entorno para montar un negocio hay un óptimo ambiente. Lo mismo es válido para los proyectos de software. En cuanto a la financiación, hay que decir que en lo adelante ya se irán abriendo posibilidades para ello. Esta etapa coincidirá asimismo con nuestro proceso de desarrollo. Para nosotros en concreto no hay impedimentos especiales ni motivos para preocuparnos. Trabajamos afanosamente, incluso los fines de semana, y en esto reside una de las causas de haber creado en tres meses un producto y colocarlo en un nicho arduo de conseguir, porque se trata del sector alimentario en el que hay que respetar un montón de regulaciones. Todos en nuestro equipo procuramos mostrarnos tolerantes con las distinciones que surgen entre los integrantes. Al fin y al cabo, es esta tolerancia una de las fórmulas para el éxito en el trabajo”.
Versión en español por Mijail Mijailov
Fotos: Facebook / CardinalBites
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