Los científicos no dejan de asombrarse y todavía no pueden encontrar un nombre específico para definir la antigua tumba abovedada. Entre los lugareños es popular como el “túmulo hueco” por haber estado esta necrópolis cuidadosamente cubierta de tierra, al igual que los túmulos que dejaron los tracios.
Los estudios del lugar comenzaron a finales del siglo XIX, cuando dos arqueólogos checos, los hermanos Karel y Herman Skorpil, visitaron Anquíalo, el nombre por el que era conocida antiguamente la actual población y centro de veraneo Pomorie, al sureste de Bulgaria, situado en una estrecha península rocosa en la bahía de Burgás. El objetivo del viaje de los hermanos Skorpil a este lugar era describir los vestigios antiguos locales. Una vez acabaron de hacer los primeros bosquejos y dibujos, publicaron sus escritos para informar a la opinión pública mundial sobre este curioso monumento.
Cruzando el umbral de la necrópolis, un pasillo largo conduce a una cámara redonda de 11,60 metros de diámetro, asombrosa por su arquitectura. Las paredes del recinto semejan una bóveda semicilíndrica, y en el centro hay una columna hueca que va ensanchándose en la parte superior para acabar fundida con la pared exterior. La edificación se realizó principalmente con piedra caliza y ladrillos soldados con mortero. Los antiguos constructores aún son insuperables por la exquisitez de su obra. Un gran número de arquitectos de todo el planeta todavía hoy estudian esta tumba, ansiosos de descifrar el secreto de esta cúpula construida con tanta precisión en el período alrededor del siglo II al siglo IV d.C.
Para conocer más detalles sobre esta obra maestra arquitectónica, tan extraña como curiosa, te recomendamos leer el artículo titulado “Sigue siendo un enigma por más de un siglo antigua necrópolis en las afueras de la ciudad de Pomorie” de la colección de Radio Bulgaria.
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