La etiqueta de la miel de abeja obligatoriamente debe indicar el país de procedencia del producto, reza un nuevo requisito en una orden del Consejo de Ministros. El objetivo es que sean protegidos la salud y los derechos de los consumidores y que se facilite el acceso a productos de alta calidad. El documento define asimismo las características de la miel: ésta no puede contener aditivos nutritivos.

Los apicultores celebran la medida que requiere indicar el origen pero instan a la Agencia Búlgara de Alimentos a reforzar el control ya que en Bulgaria con frecuencia se importa miel de baja calidad de países que no pertenecen a la UE, ésta se vuelve a empaquetar y se vende como búlgara. Al mismo tiempo, Apicultores Búlgaros Libres, la más importante organización del sector con estructuras en 18 municipios, ha declarado que los problemas que afronta el sector son enormes. Hacen falta medidas urgentes que sean adoptadas por especialistas competentes que intervengan y gestionen el sector de forma adecuada, alarman los productores de miel de abeja.

Los ocupados en el sector señalan la grave amenaza ecológica con consecuencias duraderas como es el permiso temporal de utilizar pesticidas derivados de la nicotina en el norte de Bulgaria. “En este caso se trata de la vida y de la salud no solo de las abejas, sino de las personas. Nosotros como una organización de apicultores  deseamos defender los intereses tanto de los apicultores, como de los ciudadanos búlgaros”, dice Yasen Yanev, presidente de la organización gremial. En sus palabras, la causa de la excepción con las pesticidas prohibidas es la imposibilidad de los productores de cereales de hacer frente a un insecto de la especie Tanymecus dilaticollis, una plaga para el maíz y el girasol.

“Las semillas tratadas con este tipo de pesticida caen en el suelo, explica el apicultor. La durabilidad de las pesticidas es de 19 años como mínimo y el hombre puede ingerirlos mediante el agua, los alimentos y el aire. Al mismo tiempo las pesticidas se propagan por toda la estructura de la planta. Las abejas mueren si consumen el néctar del girasol o el polen del maíz”.

• La apicultura: un factor inapreciable para la salud, que está lejos de ser una prioridad para el Estado

Otro problema del cual alarman los apicultores es el precio de compra sumamente bajo de la miel, a pesar de que los consumidores finales compran el kilo de miel a unos 7,50 €.

“En estos momentos hay grandes manipulaciones por el precio, destaca Yasen Yanev. Hablamos de un precio de compra de unos 2,50 € de la miel por algunos especuladores que abusan del trabajo de los apicultores. Por eso, mediante una carta al presidente, nos dirigimos a las respectivas instituciones con la pregunta de si en Bulgaria existe un cartel o no. Las respuestas que recibamos serán aplicadas en una carta a la Comisión Europea de Agricultura y la Fiscalía Europea, ya que lo que ocurre es un crimen contra el pueblo búlgaro. Es inexplicable por qué en Bulgaria el precio de compra es tan bajo si no lo es en Rumanía, Serbia, Grecia, Turquía, incluso en Georgia y Azerbaiyán, al otro lado del mar Negro”.

• Una universidad de apicultores iniciará a los aficionados a la naturaleza en los secretos de la apicultura

En la carta enviada al jefe de Estado, los productores de miel insisten en que el Ministerio de Agricultura cambie con urgencia el Consejo Consultivo de Apicultura y que en el futuro la comunidad académica sea la que defina la política en el sector. Desean, además, recibir información sobre las estructuras que han implementado millones de levas para hacer publicidad de la miel búlgara. “Es inadmisible que en los medios de comunicación salgan personas diciendo tonterías”, se argumenta Yasen Yanev. Su reto a los periodistas es que dentro de dos semanas, cuando la nueva disposición del Consejo de Ministros sea publicada en el Boletín de Estado, hagan juntos una inspección para asegurarse de que entonces también la glucosa se venderá en vez de la miel de abeja pura.

Adaptado por Diana Tsankova

Versión al español de Hristina Taseva

Fotos: Pixabay