"Descubran la fortaleza "Baba Vida", el castillo medieval más grande que se conserva en Bulgaria. O visiten una casa local para descubrir cómo se elaboran el tradicional yogur búlgaro y la famosa la banitsa - un pastel que podrán preparar ustedes mismos". Así es como promociona la ciudad de Vidin una de las principales compañías de cruceros del Danubio.

Últimamente, cada vez más barcos internacionales - cada cuál más moderno y más lujoso - echan el ancla en la ciudad costera de Vidin. Hasta finales de octubre amarraron en Vidin 278 cruceros con turistas. Este año por primera primera vez la temporada no terminará en noviembre, sino a finales de diciembre, cuando se espera que amarre el último crucero para 2023, según un informe de la administración portuaria. Los viajeros de los cruceros se suelen quedar de visita en Vidin entre varias horas y dos días, y su estancia tiene un efecto muy positivo en el turismo local. "Desde el comienzo de la temporada hasta ahora hemos recibido a casi 50.000 pasajeros de cruceros", cuenta ante Radio Bulgaria Tsetska Tsokova, del Ayuntamiento de Vidin, y añade:

"Se trata principalmente de turistas de EE.UU., Alemania y Austria. En menor medida, también tenemos huéspedes de algunos países asiáticos, así como de Italia, Canadá e incluso de la lejana Nueva Zelanda. La mayoría de las veces parten de un país alemán o algún puerto austriaco, y desde allí comienzan su viaje a lo largo del Danubio. Vidin es su primera parada en Bulgaria y, dependiendo del programa, pueden llegar hasta la ciudad búlgara de Ruse".

Las rutas fluviales son muy populares entre los turistas de mayor edad: estamos hablando de extranjeros adinerados mayores de 65 años que viajan con sus cónyuges en busca de experiencias y contacto con diferentes culturas.

"Los extranjeros se quedan muy impresionados de nuestra ciudad", afirma Tsetska Tsokova. La fortaleza "Baba Vida" es lo que más interés despierta en los viajeros. Desde principios de año, este castillo medieval a orillas del Danubio ha sido visitado por 10.144 extranjeros, entre los cuales predominan los turistas de cruceros, según datos de RIM-Vidin. Ellos también suelen acercarse a ver las rocas de Belogradchik, a unos 50 km de distancia al sur de la ciudad, para explorar este asombroso fenómeno natural y la antigua fortaleza envuelta en leyendas. Pero la mayoría de los visitantes se quedan en Vidin para sumergirse en su atmósfera auténtica. "Una parada obligatoria es el hermoso edificio de la antigua sinagoga, que fue recientemente restaurada y que abrió sus puertas este otoño", dice Tsetska Tsokova y añade:

"Si vienen con un tour organizado, su ruta pasa sin falta por el Parque del Danubio, con su hermosa vista al río. Allí se encuentran todos los monumentos importantes relacionados con el desarrollo histórico de la ciudad. Este paseo les lleva no solo a "Baba Vida", sino también al Centro Cultural, que lleva el nombre del artista cosmopolita Jules Pasquin, así como al Museo Arqueológico con artefactos conservados de la época romana."

Stambol Kapiya, el portón principal de la fortaleza de Vidin, construida en los siglos XVII y XVIII, y la magnífica catedral de “Sveti Dimitar” se encuentran entre los lugares turísticos más llamativos. Pero eso no es todo:

"También hay quienes quieren probar la gastronomía local. Vidin es popular por su banitza característica, que tiene un sabor más dulce, y que los extranjeros pueden degustar solicitándolo con antelación. Muchos de ellos se llevan además tarros de yogur búlgaro de la zona, ya que es algo por lo que los búlgaros somos conocidos en todo el mundo. Y, por supuesto, no olvidemos que fue precisamente en Vidin donde abrió sus puertas la primera escuela de vino, en 1887. No es casualidad que esta ciudad sea un destino popular para el enoturismo, puesto que goza de variedades de uva auténticas y únicas. Por eso los turistas de cruceros a menudo eligen enriquecer su estancia en la ciudad con degustaciones de vino local en bodegas autóctonas”, comenta para terminar Tsetska Tsokova.

Los huéspedes del crucero también tienen la oportunidad de disfrutar de los conciertos de la Sinfonieta - Vidin, que les deleita con obras originales de compositores búlgaros. Su estancia en la ciudad danubiana finaliza con un colorido espectáculo folclórico a bordo del barco.

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