Stefan tiene 24 años, es originario de la ciudad búlgara de Rakovski, pero ha pasado toda su vida en Italia. Actualmente estudia clarinete en la Accademia Nazionale di Santa Cecilia en Roma, pero está enamorado de la gaita, en concreto, de la gaita kaba rodopiana.
La primera vez que oyó el mágico sonido de la gaita kaba no fue en Bulgaria, sino en Roma, cuando aún era estudiante. En 6º grado comenzó a tocar la flauta y su abuelo de Bulgaria le envió un librito con imágenes de distintos instrumentos. A Stefan le impresionó mucho la imagen de la gaita. Empezó a buscar información sobre este instrumento de viento en Internet. "La primera vez que conocí la gaita, estaba sentado frente al ordenador y, cuando oí cómo sonaba, me quedé helado. Entonces dije: ¡No puede ser! ¡Yo tengo que aprender a tocar este instrumento a toda costa!", recuerda Stefan, y añade:
"Cuando la vi, fue amor a primera vista. A partir de ahí, empecé a interesarme. Durante el verano, cuando estaba en Bulgaria, conocí al gaitero Nikolay Kabaivanov, que vive en Rakovski. Él me hizo el instrumento y comenzó a darme clases. Durante las vacaciones él me enseñaba y luego yo regresaba a Roma para la escuela, pero la enseñanza continuaba a través de Skype. Así, poco a poco, aprendí a tocar. Estoy orgulloso de ser alumno de Nikolay Kabaivanov, quien, a su vez, aprendió a tocar la gaita con uno de los mejores gaiteros del país: Dafo Trendafilov", dice Stefan.
Nuestro compatriota de Roma participa en varios eventos musicales en Bulgaria. El año pasado ganó el segundo premio en el festival de gaiteros en Guela, en los montes Ródope. Admite que también le gusta mucho la música clásica, razón por la que eligió estudiar clarinete en la Academia de Música Santa Cecilia. Aunque primero aprendió a tocar la gaita, se aficionó al clarinete mucho más tarde. "Simplemente porque la gaita no se estudia aquí en Italia, pero la música clásica me aporta mucho", dice Stefan. La gaita, sin embargo, sigue siendo su gran pasión. "Me recuerda mis raíces, a través de ella conecto mis dos tierras: la búlgara y la italiana", dice y explica Stefan:
"¡El folclore búlgaro es increíble! Lo conozco bien, ya que toco la gaita, interpreto canciones populares de los Ródopes, típicas de la gaita caba de los Ródopes. Me recuerdan a Bulgaria. Cuando estás en el extranjero es muy emocionante. Me emociona mucho. En Italia no existe esa gaita, tienen su zampogna, pero no es como nuestra gaita kaba, que tiene un tono suave y más bajo, con un sonido específico. Los italianos se quedan muy impresionados cuando la oyen por primera vez. Me preguntan: "¿Pero qué es ese sonido? ¡Es genial! ¡Increíble!" Incluso hace un mes, un italiano se puso en contacto conmigo por Internet y quería que le diera clases de gaita caba", dice Stefan.
Ahora, el joven músico quiere transmitir su amor por la música a los alumnos de la escuela dominical búlgara de Roma "Asen e Iliya Péikov". Las clases con los niños comienzan a principios de 2024. "Y, por supuesto, haremos hincapié en la música folclórica búlgara y en la gaita", concluye Stefan Borodzhiski.
El arte búlgaro, cada vez más presente en la escena romana
Niños del mundo entero muestran “Las bellezas naturales de Bulgaria” en Roma
Versión al español de Borislav Todorov
Fotos: Archivo personal, Facebook, Veneta Nikolova
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