Las coronas rocosas, que se yerguen sobre el río Rusenski Lom y sus afluentes - Beli Lom, Cherni Lom y Mali Lom - son un auténtico imán para los amantes de la naturaleza y para aquellos que buscan la adrenalina. La región entera es conocida como “Polomieto”, o “La montaña bajo la llanura”. A lo largo de los milenios, en este lugar los ríos han estado esculpiendo profundas llanuras, cañones y formaciones rocosas extraordinarias que estrechan sus crestas hacia el cielo. Todo un mundo de rocas, cubierto de vegetación salvaje, donde sobrevuelan cigüeñas negras, buitres egipcios, carracas europeas y otras muchas especies de aves, algunas en extinción.

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No muy lejos de la ciudad de Ruse, cerca del pueblo de Besarbovo, nos encontramos con una corona rocosa de una altura de aproximadamente 25m. Precisamente aquí, hace más de un siglo, comenzó en Bulgaria la práctica de la escalada en roca. Nos trae a este lugar Mihail Mihov, de la asociación turística de Ruse, “Prista”:

“En este lugar, en 1910, fue cuando por primera vez se emplearon útiles de cuerda con fines de escalada en roca. Nos encontramos en el refugio “Alpinista”, que actualmente no está en muy buenas condiciones, pero las rocas cercanas nos ofrecen unas 40 rutas diferentes, que van desde la más sencilla -  de la categoría 5, hasta las rutas de dificultad más alta - de categoría 9. En Polomieto tenemos unos cuántos lugares más para practicar la escalada en roca: junto a los pueblos Tabachka, Koshov y Pepelina. Pero las rocas de Besarabovo se encuentran a tan sólo 10km de la ciudad. Estas son las de más fácil acceso y por tanto, las más visitadas tanto por los búlgaros como por los extranjeros”.

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Resulta que este lugar de escalada es el que más cerca se encuentra de la capital rumana de Bucarest, lo cual explica por qué hay tantos turistas rumanos aquí en fines de semana.

Muy próxima a la ruta de escalada, encontramos la entrada a una pequeña celda monásica, excavada durante el Medioevo en lo alto de las rocas. En realidad, toda la zona del Polomie, se ve “agujereada” por las muchas cuevas y cavidades, que los monjes y ermitaños que vivieron entre los siglos XII y XIII, terminaban de socavar convirtiéndolas en habitáculos rocosos. De manera que la escalada puede combinarse con visitas a estos pequeños templos místicos de la fé ortodoxa. En estos momentos, el refugio “Alpinista” ha caído en el abandono. No hay mantenimiento alguno en esa zona y la vegetación crece descontrolada por los alrededores. Pero hay varios entusiastas locales que han tomado las riendas, haciéndose cargo de la ardua tarea de despejar el terreno:

“Nuestra asociación turística, “Prista”, cuenta con un proyecto financiado por la fundación “América por Bulgaria”, que abarcará los próximos 18 meses y que dispone de unos fondos de 150 000 levas (75 000 euros)”, nos cuenta Mihail Mihov. “Procederemos a realizar actividades relacionadas tanto con la propia reparación y obras del refugio, como con la zona de escalada. Reconstruiremos la Via ferrata y añadiremos nuevas rutas de categoría más ligera, que serán aptas para niños. Habrá también una serie de eventos, como competiciones, clases de primeros pasos en la escalada orientados a los más pequeños, encuentros nacionales para escaladores, etc. ”.

La afluencia de turistas aquí es cada vez mayor, por eso ahora surge la cuestión del alojamiento. En proximidad a los trayectos de escalada, abrió puertas la pasada primavera un camping que ofrece bungalows de estilo retro de los años 70 y 80. El propietario, Milen Todorov, nos explica:

“Los huéspedes del camping pueden aparcar su caravana donde deseen, pueden hacer su barbacoa, tenemos también una zona donde la gente se reúne para celebrar, organizamos campamentos infantiles, diferentes cursos… Tenemos visitantes no sólo de la región de Ruse, sino también del extranjero. Han pasado por aquí cientos de personas”.

Desde la asociación “Prista” tienen la esperanza de que las labores de mejora en esta zona darán un empujón al turismo en Polomieto que, de momento, está siendo un destino turístico más popular entre los extranjeros, que entre los propios búlgaros.

Autor: Veneta Nikolova

Versión en español: Alena Markova

Fotos: Veneta Nikolova

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