Una sentencia popular búlgara reza “La fuerza unida puede hasta desplazar la montaña". Lo demuestra la siguiente historia protagonizada por un grupo de entusiastas contagiados por el impulso de hacer el bien. La montaña en este caso es la realización de un sueño infantil: un área de juego con casita de madera, como la de la historia de Hansel y Gretel, de los Hermanos Grimm. A muchos esta empresa podría parecerle insignificante pero en los ojos de los niños del barrio gitano La Facultad, en Sofía, es más que una montaña, ya que nunca antes han disfrutado de un lugar así. Los entusiastas que decidieron materializar su sueño, la mayoría de ellos jóvenes, se enfrentaron a un mar de escepticismo público: ¿duraría mucho tiempo la zona infantil en este barrio? Ellos, sin embargo, no desistieron de su empeño.
La iniciativa ha sido iniciada por pintores y animadores jóvenes de la Asociación Compote Collective (Colectivo Compota) que anteriormente habían organizado un taller de dibujo de historietas para los niños del barrio gitano. Los chicos crearon extraordinarios dibujos que reflejaban sus sueños. Las cosas no terminaron ahí. Las obras de los pequeños artistas fueron expuestas en varias importantes galerías de arte capitalinas, y presentadas en la edición de este año de TEDx Bulgaria, un foro que ayuda a difundir ideas de valor. Además, los cómics creados por los niños fueron recogidos en un folleto, publicado y vendido con fines benéficos. El sueño de los churumbeles era que con el dinero recaudado se construyera una casita de madera donde jugar y divertirse. Entonces Vésela e Iván de Compote Collective se pusieron en contacto con la Asociación Los Transformers, que reúne a un amplio círculo de jóvenes arquitectos y representantes de diversos ámbitos artísticos que se dedican a mejorar el medio ambiente urbano. Ellos respondieron inmediatamente, tomando la idea en serio.
“Nos hemos comprometido a desarrollar todo el proyecto de forma totalmente gratuita – dice Guergana Tíleva, de Los Transformes –. Fue muy importante decidir dónde construir la casita, por eso nos comunicamos con la Fundación Salud y Desarrollo Social, que dispone de un pequeño centro médico en el barrio de La Facultad. Esta fundación se ocupa de los hijos de las familias más necesitadas, les proporciona comida y cuidados gratis. Decidimos construir la casita en el patio de la Fundación, que se ha comprometido a administrarla y planear diferentes actividades artísticas para los niños”.
En la edificación fueron atraídos los vecinos del barrio que trabajan en la industria de la construcción. Para la decoración de la casita, los transformadores contarán con dibujos de los pequeños gitanos.
“Era importante que la casita fuera igual que la que los niños se imaginaban – prosigue Gergana –. Y ellos soñaban con una similar a la de la historia de Hansel y Gretel. Todos la querían de madera. Por nuestra parte, hemos decidido desarrollar la idea un poco y, además de en la casita, pensamos en un espacio flexible donde los niños puedan jugar y realizar diversas actividades artísticas. Tomamos en consideración la mentalidad de los gitanos y su naturaleza artística, el hecho de que gran parte de su vida está relacionada con la música y decidimos hacer delante de la casita un pequeño podio donde los niños bailen, canten, pongan piezas teatrales, etc. Haremos también asientos con vista a la tarima”.
A la aventura ha saltado, asimismo, la Fundación Oak, aportando gran parte de la suma necesaria para construir el área infantil. Se han sumado, también, patrocinadores privados generosos, en tanto que varias grandes empresas han donado material para la construcción. La ambición de todos es que este sueño infantil se convierta en realidad para el 15 de septiembre, cuando comienza el nuevo año escolar.
Versión en español por Daniela Radíchkova
Fotos: Cortesía de la Asociación Los Transformers