¡Feliz año nuevo 2017! Año nuevo, suerte nueva, decimos los búlgaros, al intercambiar felicitaciones por estas fechas poniendo en este saludo los mejores votos y la esperanza de que el año que comienza sea mejor que el anterior.

¿Cuáles son los manjares y los ritos más típicos que acompañan la llegada del Año Nuevo en Bulgaria?

Sin duda, lo que debe estar presente en la mesa festiva en Bulgaria es la bánitza, una especie de empanada, mejor dicho un pastel de hojaldre, con relleno de huevos y queso blanco en salmuera. A los búlgaros la bánitza nos encanta y suele estar presente en nuestro menú en muchas ocasiones del año. La bánitza de Nochevieja tiene un particular atractivo, además del gastronómico, porque permite conocer la suerte que nos espera durante el año nuevo.

Es que al prepararla el ama de casa coloca en las milhojas del pastel papelitos de acuerdo con el número de los comensales. En estos papelitos aparecen escritos votos concisos, jocosos y alegres de cosas muy apetecidas, como, por ejemplo, salud, amor, casa nueva, viajes, etc. Bueno, a veces se producen situaciones confusas cuando a la abuela le toca el papelito que augura la próxima boda o la matrícula de honor en la universidad. Pero, cada cual con su suerte, ¿no?

Otro símbolo por excelencia de las fiestas de fin de año en Bulgaria es la survchka que desde tiempos inmemorables es de obligada presencia en los hogares tanto en la ciudad como en el campo.

La survachka es una ramita de cornejo recién cortada o sea verde, fresca, “surova” en búlgaro. ¿Qué por qué de cornejo? Pues, porque este arbolito de aspecto humilde es el más vital de todos cuantos crecen en estas latitudes. Es el primero en echar brotes en primavera y el último en dar frutos en otoño. Además, sus ramas son muy flexibles y resistentes.

De la rama del cornejo y sus pequeñas ramificaciones laterales se confecciona un artefacto de casi un metro de largo que semeja un corazón atravesado por una flecha. 

El corazón y la flecha se adornan con hilos de lana blancos y rojos, frutas secas, flores de maíz, pimientos secos y un largo etcétera. Tal es la survachka tradicional mientras que la moderna, la que se vende en cada esquina y es más barata, tiene un aspecto más vistoso, pues las ramitas están revestidas de papel aluminio y llevan como adornos flores del mismo papel pero de colores chillones. En los últimos años hemos visto incluso survachka Made in China.

Sin embargo, las amas de casa que se precian de respetar la tradición nacional adornan una ramita de cornejo en casa, ayudadas por los niños, pues luego serán ellos, los pequeños, quienes utilizarán este simpático artefacto.

Cuando el reloj dé las 12 en punto cada niño debe tomar su survachka y saludar a sus padres dándoles leves golpecitos en la espalda y recitando augurios festivos que suenan más o menos así: “Surva, surva, felicidad y alegría, espiga dorada en el trigal, manzana roja en el jardín, la casa llena de seda, salud y fuerza durante todo el año”. Los niños visitan las casas de familiares, vecinos, amigos de la familia durante todo el primer día del año nuevo deseando salud y bienestar a todos. Los golpeados responden con “amén” y ofrecen al niño pequeños regales, por lo general moneditas.

Texto basado en materiales de la redacción