Diez años después de haberse incorporado a la Unión Europea, Bulgaria sigue siendo el país comunitario más pobre por el ingreso mínimo mensual de 235 euros. ¿Cuál es la causa por este atraso, en comparación con países como Rumanía, de ingreso mensual mínimo de 319 euros, Lituania, con 360 y Estonia, con 470 euros, países con los que Bulgaria había tomado la salida, aproximadamente al mismo tiempo?

Para despejar esta incógnita, el economista Kiril Petkov echa mano del índice mundial para la corrupción y saca la conclusión de que, en una decena de años, este fenómeno se ha expandido en Bulgaria. Si la corrupción hubiera sido reducida al nivel que tiene en Eslovenia, los búlgaros habrían sido en un 50 % más ricos.

La corrupción tiene su impacto negativo no sólo por medio de la apropiación indebida de recursos del Estado, sino también a través de las oportunidades desperdiciadas, dice además, el economista graduado por Harvard y aduce el ejemplo de la posibilidad que el país ha desaprovechado en relación con el impuesto corporativo de un 10 %.

Si uno gestiona una compañía europea hay lógica en procurar posicionarla en Bulgaria para hacer sus ventas y exportaciones a toda la UE desde el país de impuesto corporativo más bajo, dice Kiril Petkov. Si la corrupción no hubiera tenido tanta envergadura, habríamos visto cómo un número enorme de compañías europeas pagarían su impuesto en Bulgaria. Una compañía similar en Plovdiv, por ejemplo, representa una octocentésima parte del ingreso por concepto de impuesto corporativo. De manera que si contáramos con sólo 800 compañías de este tipo, este ingreso se duplicaría y con los recursos se podrían resolver problemas relacionados con las pensiones, el salario mínimo, la Sanidad, la Educación. Sin embargo, debido a la corrupción y al sistema judicial ineficaz, los empresarios suelen decir: ”El riesgo es demasiado elevado para que montemos nuestro negocio en Bulgaria” y así sus recursos nunca llegan a parar a las arcas del Estado.

Tramas de corrupción grandiosas como el caso del Banco Comercial Corporativo, contrataciones públicas escandalosas y otras irregularidades son algunos de las cosas que frenan a los inversores, reacios a asumir el riesgo no argumentado.

Fue inaudita esta pérdida de 2 mil millones de euros a través del Banco Comercial Corporativo. ¿Qué hubiera ocurrido si hubiésemos invertido tamaña cuantía? , dice Kiril Petkov. Sin embargo, detrás de este banco hay 60 créditos y multitud de preguntas .¿Cuáles son esas 60 personas”, ¿por qué no hay todavía una persona con condena?, ¿por qué el director ejecutivo del Banco Comercial Corporativo se encuentra en Serbia y nadie lo ha interrogado? Hay también otros ejemplos, relacionados con los carburantes, los monopolios, los carteles. En 2015 la compañía “Lukoil” efectuaba ventas por valor de 2500 millones de euros a través de la Neftochim y, al mismo tiempo, registraba pérdidas por valor de 61 millones de euros. ¿Cómo es posible tener tal pérdida con tan altos beneficios? Hay también otra pregunta y es si, de veras, cada contratación pública sobre obras de infraestructura, pactada a través del estado, se sitúa a los niveles óptimos.

Según Kiril Petkov, la decisión, en lo sucesivo, está en manos del poder ejecutivo. Si éste tuviera la voluntad de cambiar el estatus quo se podría comenzar por investigar los fraudes con el IVA y la evasión de impuestos. A tal efecto, empero, hace falta contar con un director independiente de la Agencia Tributaria Nacional quien se fije, primero, en las compañías importantes como sendas fuentes de los ingresos más cuantiosos a las arcas del Estado. A juicio del economista, si Bulgaria sigue encarrilada por el camino que ha seguido hasta ahora y no se esfuerza por incrementar su PIB, no le esperará nada bueno.

Desde 2011 hasta la fecha hemos duplicado el empréstito del Estado y, si continuamos haciéndolo cada cinco años, nos veremos embarcados en una espiral de la deuda, señala tajante Kiril Petkov. Por esto hay que decir un “No” contundente a las tramas corruptivas, fijarse en la competitividad de las exportaciones y no apostar por créditos exteriores ni fondos europeos que irán reduciéndose gradualmente. Cada búlgaro afronta la misión de asimilar que ya no tenemos estabilidad, o bien, cambiamos el modelo y vamos ascendiendo, o bien, no lo tocamos y vamos bajando. En este último caso no es tan imposible que Bulgaria llegue a afrontar un escenario parecido al de Grecia.

Versión en español por Mijail Mijailov