La inauguración del nuevo presidente de Bulgaria, Rumen Radev, comenzó con una solemne ceremonia militar frente a la Tumba del Soldado Desconocido, en Sofía. Entre las personalidades oficiales estaban el primer ministro dimisionario, Boiko Borisov, la presidenta de la Asamblea Nacional, Tsetska Tsacheva, líderes de partidos políticos, altos magistrados y militares, representantes del cuerpo diplomático. El presidente saliente, Rosen Plevneliev, y el Presidente entrante rindieron homenaje consecutivamente a la bandera nacional y saludaron a la Guardia de Honor. En su discurso solemne el presidente Plevneliev manifestó que termina un mandato difícil pero exitoso en el que se atuvo al rumbo correcto y cumplió las prioridades correctas sin cometer errores estratégicos. Dirigiéndose a su sucesor, Rosen Plevneliev dijo que a él también le espera un mandato difícil y le deseó defender la supremacía de la Ley y la igualdad para todos. El presidente Radev aseveró que con el Parlamento búlgaro, con las instituciones nacionales y con los ciudadanos trabajará por encontrar las mejores decisiones para Bulgaria, y con los socios extranjeros, por fomentar la unidad de Europa. “Seré un presidente que trabajará por la dignidad del pueblo búlgaro y por la construcción de una sociedad más justa, basada en la Ley y la ética, una sociedad que no es rehén del pasado, sino que mira hacia el futuro”, ha señalado Radev. Con 21 salvas de artillería fue anunciado también el cambio del Comandante Supremo de las Fuerzas Armadas, un cargo que, según la Constitución, el Presidente compagina con el de Jefe de Estado.