El Museo Nacional de Historia de Sofía muestra una extraordinaria lámina de piedra del siglo XIX con la imagen de un dragón de siete cabezas con coronas. La lámina ha sido parte de la decoración exterior de la Iglesia de San Atanasio, ubicada en la aldea de Belopóliane, provincia de Iváylovgrad, en el sur de Bulgaria. El templo fue construida en el año 1838 y es un ejemplo apreciable de la arquitectura de culto de la época del Renacimiento Nacional Búlgaro de la primera mitad del siglo XIX. Hasta el momento existen al menos dos teorías sobre el simbolismo del artefacto. Una de ellas está relacionada con la percepción bíblica de Satanás, representado como un dragón de 7 cabezas con siete cuernos: la encarnación del mal y las fuerzas oscuras. La otra teoría tiene analogías arqueológicas concretas de la región de Iváylovgrad. En 2014 en la fortaleza medieval de Lutitsa fue hallada una espuela de bronce dorada y pasta de cristal, en la que hay representadas siete cabezas de dragón. La espuela había formado parte del equipamiento militar de un jinete que había participado en el ataque de los latinos contra Lutitsa a finales del siglo XIII. En las ruinas de la fortaleza fueron descubiertas, además, monedas latinas de plata de los príncipes latinos. En las escrituras de aquellos tiempos a los latinos se les comparaba con Satanás. Es así como en la memoria de los pobladores de Tracia se mantiene conservada la imagen del dragón de siete cabezas con coronas, dedicadas a los siete emperadores latinos coronados en Constantinopla que causaron innumerables daños a los Balkanes. El tema del dragón está presente también en el folklore popular.