Cientos de personas con discapacidad en Bulgaria protestaron ante la sede del Consejo de Ministros para defender sus derechos y pedir una vida digna. La manifestación nacional fue provocada por las intenciones del Gobierno de reformar la labor de la Comisión de Valoración de Incapacidades que puede privar a miles de personas de pensión y trabajo.

Según el proyecto de ordenanza, que fue retirado tras la presión ejercida de muchas organizaciones no gubernamentales, el informe médico no será suficiente prueba para recibir pensión por discapacidad y se hará una valoración de la capacidad de trabajar. Se trata de que las personas que padecen enfermedades más leves y que pueden trabajar que no reciban ayuda financiera y así el dinero se destinaría al empleo. Otra propuesta prevé que la pensión por discapacidad dependa de la principal enfermedad y no de las consecuencias que la acompañen. De esta manera serán reducidas las ayudas y algunos enfermos se privarán por completo de éstas.

Elena Saraeva es una de las muchas personas que recibirán el duro golpe de la reforma. Confinada en una silla de ruedas debido a una poliomielitis, a los 69 años de edad se ve obligada a trabajar porque no puede sobrevivir con su pensión de 145 euros. Elena Saraeva llegó desde la lejana ciudad de Krumovgrad para dar su apoyo a los manifestantes y dice que no cree que el Gobierno vaya a desistir de estos cambios. He aquí lo que ella espera de los gobernantes:

Que sobre todo los ingresos de las personas con discapacidad aumenten y que haya más puestos de trabajo para ellas. Esto hará que aumente la confianza en ellos mismos y les dará la oportunidad de llevar una vida completa. La mayor parte de discapacitados gastan casi todo su dinero en medicamentos que son muy caros, y con la ayuda social de 5 euros, ¿qué pueden comprarse, quizás una tableta de analgésico?

Las personas con discapacidad son las más pobres en Bulgaria y también en Europa y en el mundo –declaró en la protesta Adriana Stoimenova, vicepresidenta del Consejo Nacional de Integración de las Personas con Discapacidad del Consejo de Ministros, y subrayó que ningún derecho puede perderse durante una reforma, sino todo lo contrario–. Mientras que el presidente de la Unión de Ciegos, Vasil Dolapchiev, agregó que la valoración de la capacidad de trabajo debe hacerse con un nuevo enfoque comparado con las compensaciones que permita que esas personas dispongan de más dinero para pagar la atención médica, los alimentos dietéticos, la rehabilitación y muchas cosas más.

Necesitamos una nueva política de empleo laboral que garantice la integración completa en la sociedad –dijo Dolapchiev ante los manifestantes–. Esto no puede suceder sin incluir la formación y revisión de la intermediación laboral. Ha llegado el momento en el que el Estado obligue a los empleadores de implementar las cuotas que garanticen empleo a personas discapacitadas en cada compañía. Y si no se nos escucha, nuevamente saldremos a la calle a protestar.

Horas más tarde el primer ministro, Boiko Borisov, dijo que el Gabinete no tiene intenciones de hacerle daño a nadie pero subrayó que la corrupción en la Comisión de Valoración de Incapacidades debe ser frenada. Con este motivo Vasil Dolapchiev dijo que en torno al problema con los documentos falsos de discapacidad se exagera y respaldó su afirmación diciendo que las personas con discapacidad en Europa representan el 15 % de la población frente al 8 % en Bulgaria. Además preguntó que cuántos médicos corruptos habían sido enjuiciados.

Próximamente habrá conversaciones entre el ministro de Trabajo y Política Social, Biser Petkov, e integrantes de organizaciones nacionales en representación de las personas con discapacidad.

Fotos: BGNES y Diana Tsankova