Estos días han aparecido en la prensa nacional aseveraciones de que los balances hechos por las plantas de producción militar estatales hayan puesto de relieve un descenso en las ventas en el primer trimestre de 2018. Sobre el telón de fondo de los resultados relativos al idéntico período del año 2017, la información ha llamado poderosamente la atención. En aquel momento las empresas estatales fabricantes de armas iban mejorando sus de por sí buenos resultados financieros e incrementando el número del personal ocupado en la producción de armas, etc. Aquello era definido como una consecuencia de los conflictos bélicos en el mundo y del proceso de rearme en regiones sensibles como el Oriente Medio, India, el Norte de África, en las que la industria armamentística búlgara cuenta con posiciones favorables en sus mercados. Las empresas privadas no han hecho todavía públicos sus balances pero, según expertos conocedores del tema, las empresas estatales no constituirán una excepción, ya que se trata de una tendencia.

El rotativo económico “Capital” considera que ha concluido el boom que recientemente se había producido en la industria fabricante de armas. La publicación comenta que el negocio en las plantas armamentísticas tiene carácter cíclico y depende fuertemente de la situación política en el mundo, sobre todo en los países clientes tradicionales de los fabricantes búlgaros de producción especial. Fueron precisamente los conflictos en tales regiones que unos años atrás reflotaron a la industria armamentística búlgara y le depararon varios años de serenidad. Ahora, sin embargo, el ciclo comienza a invertirse y los primeros indicios de un descenso en los pedidos militares se han registrado hace unos 6 meses.

Así, en el primer trimestre de 2018, los ingresos de las Plantas de Producción Militar de la ciudad de Sopot han caído en picado, y sus beneficios se han reducido 23 veces. Los resultados anuales de las citadas plantas que tienen en plantilla a 4500 trabajadores también arrojan un descenso, aunque más moderado.

El balance de la compañía estatal de comercio “Quintex” pone de manifiesto una disminución de los ingresos en poco más de un 25 % y una reducción de las ganancias en un 8 %.  En algunas plantas armamentísticas, entre ellas la empresa privada “Arsenal”, ya se ha procedido a recortes de personal. Otras empresas van apostando por la disminución natural del personal, producto del retiro de trabajadores en edad de jubilación y de otros que simplemente abandonan la empresa por propia voluntad.

La única excepción del cuadro general en el sector es la planta para la reparación de equipos y aparatos de aviación “Avionams”, de la ciudad de Plovdiv, a la que algún tiempo atrás le fue adjudicado un contrato con la OTAN, del orden de unos 160 millones de dólares, para la reparación de helicópteros. En el primer trimestre del año en curso esta empresa ha registrado un incremento en un 11 % de sus ingresos y ha logrado asimismo tener beneficios. El crecimiento en sus resultados fue aún más significativo en el año 2017.

Versión en español por Mijail Mijailov