Una leyenda reza que para facilitar la vida en la tierra de Adán y Eva, a los que había expulsado del Paraíso, Dios les regaló hierbas útiles. Entre éstas estaban el romero y la lavanda; el romero, para mantener el espíritu, la lavanda, para el disfrute del alma.

Con una producción de más de 200 toneladas por año, Bulgaria ocupa el primer lugar en el mundo por el volumen de aceite de lavanda.

Tradicionalmente, la lavanda se cultiva en el sur de Bulgaria pero en los últimos años han sido plantadas cientos de hectáreas de lavanda también en la región de Dóbrudzha, en el noreste del país, llamada el “granero de Bulgaria”. La planta aromática se ha convertido en el principal medio de vida de miles de familias. Una ellas es la familia de cuatro miembros de Yildiz Fazlı, de la aldea de Jadzhidimitrovo (provincia de Stara Zagora, sur de Bulgaria), que se dedica al cultivo de lavanda desde el 2003.

Tenemos 3 hectáreas de lavanda y 1, de plantaciones de rosa. De la lavanda producimos principalmente esquejes, y de las rosas para plantar, brotes –dice a Radio Bulgaria Yıldız, días después de la cosecha de la lavanda–. Este año las condiciones climáticas fueron malas, por eso obtuvimos menos aceite de lavanda, tan sólo 86 kg frente al rendimiento de 182 kg del año pasado. Las lluvias intensas y los pocos días soleados no permitieron que la planta produjera más aceite esencial. La cosecha de la lavanda comienza cuando el clima es muy cálido, cuando no hay viento ni llueve. Estas condiciones se dan en julio, entonces la lavanda está casi a punto de marchitarse. El momento en que la planta está lista para cosecharla es cuando la abeja que recoge el néctar ya no se posa en las flores. Es decir, así entendemos que ha llegado nuestro turno para entrar y recoger la cosecha. El aceite esencial está en la raíz de la planta, y cuando el clima es cálido y el tiempo, agradable, con 30 grados, el aceite esencial empieza a subir por el tallo de la planta. Cuanto más calor hace, más aceite contiene el tallo y permanece allí hasta la cosecha.

La familia de Yildiz se dedica, también, al cultivo de brotes de lavanda, es decir, plantas de lavanda para crear nuevas plantaciones. Al año producen alrededor de 3 millones de esquejes que se cosechan de plantas de lavanda de 2 a 3 años. La familia tiene clientes en todo el país. Lo mismo es válido para los retoños de las rosas.

El año fue bueno para las rosas. Nosotros no recogemos los pétalos de la flor; cultivamos las rosas en los invernaderos sólo para obtener brotes, concreta Yildiz.

A la pregunta de si el dinero que obtiene la familia es suficiente para sobrevivir, responde:

Una familia de cuatro miembros puede sustentarse de la lavanda pero para ello necesita disponer de una cantidad mínima de unas 3 a 4 hectáreas de lavanda.

En 2017, Bulgaria fue el mayor exportador de aceite de lavanda en el mundo. El principal consumidor del aceite esencial de lavanda es Francia. La lavanda búlgara se comercializa muy bien en los EE. UU., Alemania, Austria, el Japón, Suiza, Italia, etc. Las estadísticas muestran, además, que en 2017 las áreas plantadas con este cultivo etéreo rebasaban las 5.000 hectáreas. Según los agricultores, el ingreso por hectárea de lavanda varía ya entre los 1.000 y 2.000 dólares.

Versión en español por Daniela Radíchkova

Fotos:  Shefkié Cakar y Sevdá Dükkancı