Bulgaria mantiene su posición 51 en el ranking del Foro Económico Mundial (FEM) de este año. Esta posición por sí misma está bien, especialmente teniendo en cuenta que fueron encuestados 140 países aplicando 98 indicadores y Bulgaria está ligeramente por encima del promedio.

En todo el mundo, los observadores quedaron muy impresionados por la retirada del primer lugar de Suiza ocupando su lugar los Estados Unidos. En Bulgaria, sin embargo, la mayor importancia se atribuye a su posición de líder en la Península Balcánica, por delante de Rumanía (52 puesto), Grecia (57), Turquía (61), Serbia (65), Montenegro (71), Albania (76), Macedonia (84) y Bosnia y Herzegovina (91). Esto ya es muy positivo y habla con elocuencia de la economía del país. La buena competitividad se debe en primer lugar al buen desarrollo y despliegue de las tecnologías de la información y la comunicación, y a la bastante buena capacidad de innovación. Los peores indicadores del país son en materia de administración, sanidad y sistema financiero.

Estas buenas posiciones de la empresa búlgara, en términos de su competitividad internacional, hablan de que la economía en el país no solo crece, sino que también es cualitativa y responde por completo a los requisitos contemporáneos: innovaciones, altas tecnologías, digitalización, alto valor agregado. En última instancia, todo esto tiene un impacto en la exportación de bienes y servicios búlgaros en los mercados internacionales. Y de acuerdo con las estadísticas oficiales, se encuentra en buen estado y es uno de los principales motores que impulsan el Producto Interno Bruto hacia adelante y hacia arriba. Otro factor para la buena competitividad de la economía búlgara son los recursos humanos que disminuyen por razones naturales y económicas, pero en el país todavía existen trabajadores de calidad y bien cualificados con remuneración aceptable. No debemos olvidarnos de que los impuestos influyen fuertemente en la competitividad de una economía, encareciendo en cierta medida la producción final. En Bulgaria, en este sentido, las cosas están bien: se aplica un solo impuesto moderado del 10 %.

El hecho de que los expertos del FEM no están dando una calificación alta a la administración, al sistema sanitario y al sistema financiero es, hasta cierto punto, comprensible y no es algo nuevo o desconocido para las autoridades o los ciudadanos del país. A los obstáculos y barreras burocráticos se puede sumar también la corrupción en esta administración, contra la que se está luchando, pero los resultados aún no son convincentes. La sanidad está enferma, y eso es cierto, pero en estos momentos, se está preparando su tratamiento con sólidas dosis de reformas.

Un poco extraña es la baja calificación que recibe el sistema financiero búlgaro, encima  que actualmente se está preparando para los controles y auditorías del Banco Central Europeo en relación con la solicitud oficial de Bulgaria de unirse a la zona euro. Aquí también hay problemas, por supuesto, son los más grandes en términos de mal crédito. Pero en general, tanto los expertos como los banqueros creen que el sistema bancario y el  financiero del país son estables y no esconden sorpresas desagradables. Sin embargo, el FEM utiliza los más altos estándares mundiales, estableciendo sus calificaciones y clasificaciones. Así que algunas de sus conclusiones puede que no nos gusten, pero las alabanzas parecen ser merecidas.

Versión en español por Ludmila Sávova