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El “ave blanca” del arte se posa en las salas de la Galería Nacional de Arte El Palacio

Cuando se está donando sangre para una intervención quirúrgica, se trata de un gesto para salvar una vida humana. Cuando a instituciones como la Galería Nacional de Arte se le donan objetos del arte, se trata de una contribución a la perpetuación del espíritu búlgaro y su energía creativa, a la unión espiritual entre artistas y público de diferentes épocas y nacionalidades. Provoca reflexiones de esta naturaleza la exposición “Donaciones 2015 -2018”, inaugurada en la Galería Nacional El Palacio.



Según ha expresado Yaroslava Bubnova, directora de la Galería Nacional de Arte, la idea sobre la exposición se había gestado en 2018, motivada por un donativo hecho por Rogen Ballen, fotógrafo norteamericano de renombre mundial, quien trabaja en Sudáfrica. Resulta que en los últimos cuatro años la colección de la Galería Nacional se ha ido enriqueciendo con 360 obras, donadas por 44 personas físicas y jurídicas. Proceden, básicamente, de instituciones búlgaras y extranjeras, de firmas y coleccionistas privados, de artistas del pincel y sus descendientes, etc. El de donar es un gesto cada vez menos frecuente. Y donar algo a una institución pública, a una galería estatal significa hacer una donación a numerosísimas personas, casi a todas, dice Yaroslava Bubnova.

Uno de los renombrados donantes es Rumen Manov, historiador, galerista y coleccionista. En la exposición se exhibe una obra, donada por él, del ilustre pintor renacentista Dimitar Zograf (1796-1860) “La Madre de Dios, fuente que da vida”, del año 1849. En 2017 Rumen Manov fue declarado “Prócer del Año”. Hace unos pocos días él hizo otra donación más integrada por tres iconos antiguos del Museo de Arte Cristiano. ¿Qué es lo que le impele a hacer donaciones? La respuesta no puede ser unívoca.

Es que, simplemente, debemos decir basta a lo de exportar, hay que importar un poco. Hay que conservar una parte de la memoria de Bulgaria pues se trata de cosas asociadas íntimamente a lo búlgaro, a nuestra espiritualidad. A veces, al pasar el tiempo, quizás, uno llega a un momento en que se dice que la alegría individual no es una alegría completa si no es compartida con las demás personas.

La tradición de las donaciones en Bulgaria se remonta a la época del gobierno en el período del año 852 al año 889 del príncipe Boris Primero quien convirtió al cristianismo al pueblo búlgaro. Esta noble actividad cobró un auge especial en la época del renacimiento búlgaro, en el período final del dominio del Imperio Otomano. Con los recursos aportados por donantes fueron construidos y decorados gran número de monasterios y templos. Es un recordatorio de aquella época oscura y, al mismo tiempo, de ilustración espiritual otra de las obras mostradas en la exposición, del año 1797 “La Madre de Dios de Kikkos con Santos”.

La Madre de Dios, fuente que da vida de Dimitar Zograf, donación de Rumen Manov / La Madre de Dios de Kikkos con Santos, autor desconocido, donación de Dora Guenova Gadzheva

СнимкаEstán incluidas en la muestra medio centenar de obras, algunas han sido mostradas raramente ante el público, o bien, se muestran ahora por primera vez. La exposición presenta una variedad de estilos y géneros pues la integran iconos, grabados, esculturas, instalaciones. Se trata de obras de diferentes generaciones de artistas quienes han dejado huellas perdurables por su remarcable presencia en el mundo de las artes, dice Boryana Vulchanova, curadora de la exposición.

Mientras tanto, los donativos no dejan de llegar. En el acto de apertura de la muestra fue anunciada la primera donación, de la colección “Svetlin Rusev", hecha por Ralitsa y Milkana Rusev, hijas del ilustre pintor búlgaro. Se trata del original en yeso de la escultura”Otra vez en la guerra ”, de Iván Lazaroff. La obra podrá ser vista en breve en las salas de la Galería Nacional de Arte El Palacio.

Noches del Danubio (2014) de  Chavdar Petrov (1955), donación del autor
Yo llamaría esta exposición un “Cuento sobre el ave blanca", dice Boryana Vulcxhanova. Es que la actividad de hacer donaciones es el ave blanca en nuestra vida artística que se ha remontado a lo más alto de la escala de valores de la sociedad”. En la mitología búlgara el ave blanca o la golondrina blanca es el símbolo de la esperanza, del Bien. También en la donación late una esperanza ya que se vuelven cada vez más numerosas las personas que les ayudan a las demás gentes a enamorarse del arte y a disfrutar de sus rayos vivificadores.

Versión en español por Mijail Mijailov



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